Revelaciones económicas
Esta chica llegó hace cuatro días, en plena caída del Ibex 35, y ya es como de la familia. No importa la revista que abras, allí está esperándote en una u otra de sus páginas, a veces en la contraportada, como invitándote a que entres por detrás. Está llena de misterios, el primero de ellos, que te mira sin verte. En uno de los pasillos de mi colegio había un óleo de la Virgen cuyos ojos me observaban con insistencia, independientemente de que me encontrara a la izquierda o a la derecha de la imagen. Me parecía un milagro que mantuve en secreto durante toda la infancia, convencido como estaba de que la Virgen tenía conmigo una fijación especial. ¿Por qué, si no, me localizaba al instante, aunque yo cambiara de posición a la velocidad del rayo? Iba a verla todos los días, a las horas en las que el interior del colegio se encontraba vacío, y permanecía mirándola fijamente para ver si cambiaba su expresión o movía los labios. Pero su rostro, aunque amable, resultaba hermético. O no te decía nada o te decía lo que querías escuchar, que por lo general eran tonterías. Esta chica me la recuerda porque, con independencia del lugar desde el que la observes, sus ojos te persiguen también, como si tuviera algo contigo. Ahora ya sé que no se trata de un milagro, sino de un sencillo truco fotográfico. Aun así, la sugestión funciona, de modo que cuando tropiezo con ella permanezco unos segundos devolviéndole la mirada por si sus labios se movieran de repente para transmitirme una revelación de carácter económico (de qué otro, en los tiempos que corren).
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.