PP y ERC salvan los muebles al Gobierno

Artur Mas se enfrentaba ayer a su primer debate de política general como presidente de la Generalitat con el riesgo de recibir la censura unánime de la oposición por su política de recortes. Pero pese a sus diferencias con el PP por asuntos identitarios, fueron este partido y, en menor medida, Esquerra (ERC) los que le acabaron salvando los muebles. En plena pugna previa a los presupuestos, el PP y ERC dejaron a un lado sus reivindicaciones y evitaron que el Gobierno de Mas saliera dañado del debate. Sobre el Ejecutivo se cernía una amenaza: la reprobación del consejero de Interior, Felip Puig; el de Sanidad, Boi Ruiz, y el de Empresa y Empleo, Francesc Xavier Mena. El PP, que votó en contra, y ERC, que se abstuvo, evitaron la sanción a los consejeros.

El Partit dels Socialistes (PSC), Iniciativa (ICV) y, en menor medida, ERC (que se distanció levemente de CiU al censurar los recortes) llenaron las resoluciones del debate de proclamas contra el tijeretazo y de peticiones de un mayor presupuesto para educación, políticas sociales y sanidad. El PP evitó cualquier reproche al Gobierno, facilitando con su abstención los puntos más sensibles para Mas. El PSC evidenció su distanciamiento de los nacionalistas.

CiU únicamente se quedó sola votando en una veintena de resoluciones. La derrota más relevante se produjo en la proposición que insta al Ejecutivo a presentar los presupuestos de 2012 en el plazo que exige la ley. Es decir, antes del 10 de octubre, con el añadido de someterlos al Parlament antes de las elecciones generales. El Gobierno no está obligado a cumplir esta exigencia y parece que no lo hará: Mas quiere someter a debate el segundo tijeretazo después del 20-N. Las críticas a los recortes que el PP permitió con su voto llegaron en dos resoluciones que instan al Ejecutivo a mantener la inversión en becas y en otra en la que se deja claro que la reforma de la renta mínima de inserción "hizo sufrir" a muchas famílias.

La geometría variable entre CiU y el PP y ERC se reprodujo durante toda la votación. Los nacionalistas se apoyaron en el PP en el área económica (con alguna incursión republicana) y los independentistas avalaron votaciones referentes al autogobierno y el catalán, algunas de ellas con el refrendo del PSC e ICV. La unanimidad llegó para reclamar el corredor ferroviario mediterráneo, asunto que suscita un gran consenso en la Cámara.

La rocambolesca situación vivida el jueves en el Parlament, que obligó a suspender el pleno en cinco ocasiones, se recondujo ayer. Los grupos rebajaron el número de asuntos a votación, aunque ello no evitó que la revisión de las resoluciones durara más de tres horas. La presidenta, Núria de Gispert, admitió que falló en la previsión de las votaciones y abrió la puerta a un cambio en el reglamento para hacer más ágiles las conclusiones del debate de política general. El pleno, habitualmente largo, se complicó porque se juntó con un debate monográfico sobre la reforma constitucional. CiU, ERC e ICV arriconaron al PSC y el PP con un acuerdo en el que declaraban roto el "pacto constitucional" con la reforma pactada en el Congreso para limitar el techo de gasto.