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El debate de la energía atómica

Los japoneses claman por el apagón

El 85% de los nipones están a favor del cierre de todas las centrales atómicas

No es un buen año para la energía nuclear. La oposición se consolida en Japón, donde la inmensa mayoría de la población está a favor de la sustitución de la energía atómica por otras limpias y renovables. Según la última encuesta del diario Mainichi, el 85% de los japoneses apoya el desmantelamiento de los 54 reactores existentes en el país, aunque solo el 11% pretende que el cierre de las plantas nucleares sea inmediato.

El grave accidente de la central de Fukushima el pasado 11 de marzo, que tuvo a todo el mundo en vilo, ha llevado a los japoneses a un rechazo decidido de la energía atómica. Aunque, como revela la encuesta realizada en agosto pasado, el 74% de ellos defiende que la sustitución sea por energías limpias y renovables y se realice de forma "paulatina y progresiva" para no dañar más a la maltrecha economía del país.

El OIEA asegura que los reactores de Fukushima se han estabilizado
Greenpeace estima en 200.000 millones el coste del cambio a energías limpias
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Solo el 13% de los encuestados no ve ninguna necesidad de que Japón cambie su actual dependencia de la energía atómica.

Greenpeace sostiene que Japón puede sustituir su capacidad atómica de generar electricidad de aquí a 2020 con energía eólica y solar por un coste total de unos 200.000 millones de euros. La ONG internacional basa su análisis en que en la actualidad solo están en funcionamiento 11 de los 54 reactores instalados en Japón, lo que tan solo supone alrededor del 1% de su producción eléctrica total.

El Gobierno japonés ordenó una revisión y un reforzamiento de las medidas de seguridad de todas las centrales del país tras la alarma desatada por el accidente de Fukushima, a raíz del tsunami que dañó cuatro de los seis reactores de la planta.

Para Greenpeace, el mapa energético limpio japonés debe pasar por aumentar la capacidad de las turbinas eólicas hasta los 56 gigavatios (GW), desde la actual de 2,1 GW, y los paneles de energía solar desde los 3,6 GW de ahora a 57 GW. Añade que para ello cuenta con el aliciente de que proseguirá la reducción de los costes de la electricidad procedente de la energía solar, que en Europa cayeron en 2010 un 50% y "se espera que desciendan otro 20% en los próximos 12 meses", informa Reuters.

Por otra parte, el Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA), con sede en Viena, confirmó ayer que los reactores de Fukushima afectados están "básicamente estables", y expresó su confianza en que pronto se consiga su "parada en frío". Según Tepco, la empresa propietaria de la central siniestrada, los trabajos de estabilización de la planta van a buen ritmo y se espera que en enero se haya logrado finalmente esa "parada en frío".

El nuevo primer ministro japonés, Yoshihiko Noda, recorrió la semana pasada la prefectura de Fukushima, incluida el área de exclusión de 20 kilómetros en torno a la central, y se comprometió a impulsar la "descontaminación total" de la zona para facilitar la vuelta de la población desplazada lo antes posible. "La recuperación y la reconstrucción son nuestra prioridad", dijo Noda, que visitó también el llamado Pueblo J, establecido para hospedar a los miles de japoneses llegados de todo el país para trabajar en las tareas de descontaminación.

Tras ser el único pueblo que ha sufrido la tragedia de dos bombas atómicas, en agosto de 1945, los japoneses son muy sensibles a las cuestiones nucleares. Esta sensibilidad forzó el viernes pasado la dimisión el ministro de Economía Yoshio Hachiro después de bromear tras una visita a Fukushima, que describió como una "ciudad fantasma". "¡Cuidado! Estoy radiactivo", dijo.

La encuesta muestra también que el 71% de la población está "muy preocupada" porque los productos alimenticios hayan resultado contaminados por las fugas radiactivas de Fukushima y un 23% que lo está ligeramente.

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