Raúl Ruiz, emblema del cine chileno y francés
A Raúl Ruiz le gustaban, y mucho, los artificios, lo excéntrico, en un mundo de excesos como es el del cine. Sus películas tenían mucho de onírico, de historias laberínticas e intrincadas desde su concepción, lo que no las hacía accesibles para el gran público, aunque gran parte de la crítica internacional, encabezada por los redactores de Cahiers du Cinéma, lo idolatraba como un pope.