Acaloramiento en el Congreso

Si la entropía es la medida del desorden de un sistema, la máxima entropía en el Congreso de los Diputados debe consistir en que el presidente de la institución se enzarce en un cruce de reproches con el ministro de Industria y Energía, que comparece ante sus señorías sin corbata para defender que hay que ahorrar energía moderando el aire acondicionado y la calefacción. El ministro Miguel Sebastián es un cruzado del ahorro energético doméstico y suele echar cuentas de cuanto dejamos de pagar, en los edificios públicos y privados, con el simple ejercicio de mantener la temperatura en límites razonables. El presidente Bono, ante la lección martilleada de Sebastián, se acaloró y respondió con una invocación a la ejemplaridad en el vestir de los próceres públicos, para que el personal subalterno no se sienta discriminado en el uso obligatorio del uniforme con corbata, así como a la tradición en las instituciones, que no conviene menospreciar. Añadió una disertación, quizá irónica, sobre las diferencias de temperatura en los grandes edificios. Solo le faltó explicar que el aire es un medio anisótropo; no difunde el calor con la misma intensidad en todas las direcciones.

La trifulca se puede entender como nervios fin de época (o temporada), como la muestra de un debate pendiente o como una melonada sin más. Que el lector escoja. Pero es significativo el lado oculto del cruce de estocadas. José Bono parece cada vez más un doncicuta de rostro humano (y a veces ameno), de regañina fácil y proclive a encampanarse al menor pretexto. Quien se precia de tener la institución en perfecto estado de revista, mal iba a soportar el reproche de un ministro descorbatado.

Por el flanco de Sebastián, estamos ante un caso evidente de inversión de prioridades. El ahorro energético implica no excederse en el manejo del termostato. Pero era una obsesión que debía haberse manifestado a posteriori, después de actuar sobre los grandes consumos. ¿Dónde están las políticas que permitan sustituir el transporte por carretera por el transporte ferroviario? ¿Hay disposiciones para limitar el uso del automóvil? ¿Qué se hizo de los contadores de electricidad que permiten discriminar precios en función de las horas de consumo?