La OTAN inicia en Bamiyán la retirada de Afganistán
Asesinado un exgobernador y consejero de Karzai en su casa de Kabul
La OTAN inició simbólicamente ayer en Bamiyán el traspaso de la seguridad a las fuerzas afganas. El contingente de Nueva Zelanda entregó el mando a la policía de esa provincia en presencia del general David Petraeus, máximo responsable de la OTAN en Afganistán, y de los ministros afganos de Defensa, Abdul Rahim Wardak, e Interior, Bismilá Mohamadi. La ceremonia es la primera de un proceso que deberá culminar en 2014 con la retirada de todas las tropas de combate extranjeras y que suscita serias dudas sobre la capacidad de los afganos para hacer frente a la amenaza talibán.
De hecho, Bamiyán es la provincia más tranquila del país. Habitada por la minoría hazara, alcanzó relieve mundial en la primavera de 2001 a raíz de que el régimen talibán destruyera dos estatuas gigantes de Buda de 1.500 años de antigüedad. Además, los talibanes se ensañaron con los hazaras, que a diferencia del resto de las etnias afganas siguen la rama chií del islam, lo que sin duda ha contribuido a la ausencia en la zona de simpatizantes de esa milicia furibundamente suní.
Los 2.900 soldados canadienses salen del país antes de finales de este mes
"Bamiyán no ha sufrido ninguna amenaza de seguridad, así que el proceso será tranquilo", declaró a la agencia Reuters poco antes de la ceremonia el portavoz provincial, Abdulrahman Ahmadi. Los talibanes, que en los últimos años han extendido su presencia a la mayor parte de Afganistán, han amenazado con atacar los traspasos de mando, lo que motivó que el acto no se anunciara de antemano. Además, el asesinato el pasado martes de Ahmed Wali Karzai, hermanastro del presidente afgano, Hamid Karzai, ha extendido el miedo entre ministros y otros altos cargos. Ayer mismo fue asesinado en su casa de Kabul el consejero del presidente y exgobernador de la provincia de Oruzgán, Mohamed Jan.
Según un reciente informe de la ONU, los seis primeros meses de este año han sido los más mortíferos de la última década para la población civil con casi 1.500 muertos, en su mayoría en atentados de los insurgentes. Por ello, muchos afganos, así como analistas extranjeros, temen que la retirada de los soldados extranjeros suma al país en el caos.
"Las fuerzas afganas están plenamente preparadas para asumir la seguridad, en especial en las siete zonas que se traspasan ahora", dijo el comandante Zalmai Wisa citado por la agencia Efe. Wisa, responsable de la zona norte, se refería a la primera fase de transferencias, que incluye la provincia de Kabul (menos el distrito de Surobi), el valle del Panchir y las ciudades de Mazar-i-Sahrif, Herat, Lashkar Gah y Mehtarlam.
Como en el resto de las áreas incluidas en esa fase, la seguridad de Bamiyán estaba ya de hecho en manos de la policía y el Ejército afganos. Los 200 soldados neozelandeses realizaban tareas de entrenamiento y apoyo y así van a seguir otro año, incluidos los 20 uniformados de Singapur integrados en su contingente. En total la OTAN tiene 130.000 tropas desplegadas en Afganistán, 100.000 de ellas estadounidenses. Un tercio de estos ya han empezado su salida del país asiático. El contingente canadiense, formado por 2.900 soldados, abandonará al completo Afganistán antes de que finalice este mes de julio.
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