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Escándalo en Reino Unido

Un revés en un momento crítico

El caso del espionaje de los tabloides obliga a un cambio de táctica al imperio de Murdoch, ya debilitado por malas inversiones en el sector digital

La renuncia de News Corporation a hacerse con el 100% de BSkyB es una señal del calado de la crisis que envuelve al emporio de Rupert Murdoch, pero no es necesariamente un indicio de lo que va a acabar ocurriendo. Que renuncie ahora a una operación considerada clave para expandir su negocio televisivo -y que suponía una inversión de unos 8.000 millones de euros- no significa que haya cambiado de estrategia. De acuerdo con las reglas de la City de Londres, el grupo puede presentar una nueva oferta dentro de seis meses. O cuando hayan concluido las investigaciones policiales sobre las escuchas ilegales del News of the World.

Con su anuncio de ayer, Murdoch gana tiempo. Tiempo para dejar enfriar un acoso al que no está acostumbrado y que empezaba a poner nerviosos a los accionistas: News Corporation subió ayer un 5% en la Bolsa de Nueva York, dando la vuelta a cinco días consecutivos de caídas que habían llevado las acciones desde los 18 dólares del 5 de julio a menos de 15,5 dólares al cierre del martes.

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Tiempo también para decidir qué quiere hacer. James -hijo pequeño del magnate y presidente ejecutivo de News International, la rama de prensa británica del grupo- tiende a primar el negocio televisivo frente al de la prensa de papel. Su padre está apegado al papel y a la rotativa. Pero los sentimientos no suelen durar más de cinco minutos en la cabeza de un magnate mediático. Y los diarios británicos del grupo perdieron unos 25 millones de euros en el ejercicio terminado en junio de 2010, según datos del Financial Times. En cambio, los sectores de cine y televisión ofrecieron amplios beneficios.

Así, paradójicamente, el aparente paso atrás en el negocio televisivo británico puede ser el primer paso para deshacerse del negocio de prensa. ¿Por qué? Porque al deshacerse de sus periódicos en Reino Unido eliminaría las acusaciones de monopolio informativo -y malas prácticas periodísticas- que frenan la operación de BSkyB. La venta de los diarios británicos es solo una posibilidad y dependería sobre todo de encontrar a alguien que pague un buen precio por cabeceras como el tabloide The Sun, que marcó la llegada de Murdoch al Reino Unido, y del diario The Times, con el que se consagró, además de su edición dominical, The Sunday Times.

Pero Murdoch ha de resolver otros problemas en los próximos meses. Los inversores empiezan a tener serias dudas sobre cómo se está gestionando la situación. "Que nadie se lleve a equívoco, News Corporation está en crisis", ha señalado la revista Fortune. Es más, en Wall Street está calando la impresión de que la reacción inicial del patriarca no fue la apropiada y se preguntan si no es el momento de que abandone. Para contentar a los inversores, el grupo anunció el martes que amplía su plan de recompra de acciones de los 1.800 millones de dólares iniciales a 5.000 millones.

La presión es alta y algunos grupos de inversores institucionales empiezan a dejarse oír en los tribunales de EE UU con demandas acusando a Murdoch de cometer abusos. El lío de las escuchas les da más munición. "Es una muestra de la cultura reinante en News Corporation y de un Consejo de Administración que no ejerce sus labores de supervisión", indica un pleito presentado en el Estado de Delaware, en EE UU, citado por la agencia Bloomberg. En el Consejo de la compañía figura el expresidente del Gobierno español José María Aznar.

El descontento de los inversores comenzó en primavera, cuando News Corporation anunció la compra de la productora Shine, que controla la hija del magnate, Elisabeth. Entonces se planteó una denuncia por mala gestión y nepotismo, que el pasado viernes fue actualizada subrayando la responsabilidad del Consejo de Administración, que debería velar por los intereses de los accionistas.

Murdoch tampoco está teniendo éxito en la arena digital. El diario electrónico The Daily, diseñado para el iPad de Apple, no acaba de cuajar. Fue el último gran proyecto de Rupert Murdoch, como dijo el propio magnate durante su presentación. También acaba de anunciar la venta de MySpace, la plataforma social pionera en Internet, tras sucumbir frente al empuje de Facebook y otros rivales. La compró por 580 millones de dólares (409 millones de euros), y la dejó en manos de Specific Media por 35 millones.

Otra de las claves en este proceso será ver cómo se desenvuelve su hijo James, al que se veía hasta ahora como el sucesor natural. En primavera fue puesto al frente de las operaciones internacionales del grupo, con rango de presidente ejecutivo. Un puesto de nueva creación que compartirá con Chase Carey, mano derecha del patriarca. James, que no llega a los 40 años de edad, estuvo al frente de BSkyB, por lo que no está descartado que vuelva a retomar la compra cuando se calmen las aguas.

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