El Parlament veta un nuevo vertedero en Cerdanyola

La cantera de Can Fatjó dels Aurons, en Cerdanyola del Vallès, no se convertirá en vertedero. Así lo decidió ayer la comisión parlamentaria de Territorio y Sostenibilidad, a raíz de una propuesta de resolución presentada del PP. Los populares se han hecho eco de las protestas de una plataforma vecinal que alertaba de la posible ubicación de un vertedero de residuos urbanos en Cerdanyola, a menos de 50 metros de las viviendas de Bellaterra, además de escuelas, hospitales y empresas de Sant Cugat. La resolución fue aprobada gracias a los votos del PSC, ERC e ICV-EUiA, mientras que Convergència i Unió votó en contra porque, aunque coinciden en que no se ubique el vertedero en Can Fatjó, temen que se cree un precedente y que los municipios se acostumbren a llevar estos casos al Parlament, cuando "deben resolverse por consenso en el territorio", justificó el diputado convergente Josep Rull.

El Ayuntamiento emitió un informe contrario a un nuevo depósito de residuos

El PP de Cerdanyola decidió elevar el caso a la Cámara debido a las informaciones contradictorias recibidas de las Administraciones locales y autonómicas sobre el futuro de la cantera, y la plataforma vecinal advertía en marzo de que ya se estaban haciendo movimientos de tierras para adecuar la cantera como vertedero.

Eva García, diputada del PP, denunció en la comisión parlamentaria que se ha extraído más volumen de tierras de lo autorizado y que la cantera tiene una profundidad de 60 metros, cuando la autorización marca un máximo de 20 metros. El PSC y ERC defendieron que Cerdanyola ya ha cubierto el cupo de vertederos, ya que en el municipio existen media docena de depósitos de todo tipo: residuos domésticos e industriales, y restos de amianto.

Hace un año la empresa Puigfel, encargada de la explotación de la cantera, pidió al Ayuntamiento de Cerdanyola la autorización ambiental para restaurar la explotación, que está en la etapa final de su vida útil, con balas de ecoparque (residuos no reciclables que son compactados y embalados para ser almacenados definitivamente). La semana pasada el Consistorio emitió un informe negativo a la ubicación del vertedero en Can Fatjó, alegando "incompatibilidades urbanísticas".