La tragedia del Volga sacude Rusia
El naufragio del buque 'Bulgaria' y la muerte de decenas de pasajeros ponen de relieve el desastroso estado de los sistemas de transporte
El trágico naufragio del Bulgaria, que se cobró el domingo 125 vidas en el río Volga, es resultado de un sistema donde la codicia irresponsable y la indiferencia por la vida humana se combinan con un liderazgo político ineficaz ante los grandes problemas que afectan a Rusia. Estas eran las opiniones que reflejaban los medios de comunicación ayer, jornada de luto nacional durante la cual 170 buzos seguían izando cadáveres del vetusto buque que jamás fue sometido a una revisión a fondo desde que se construyera en Checoslovaquia, en 1955. A bordo de la nave, a la que algunos llaman ya el "Titanic del Volga", viajaban 205 personas, aunque en la lista de pasajeros del crucero figuraban 209. Ayer tarde se habían recuperado 88 cadáveres (19 niños, 52 mujeres y 17 hombres), según el Ministerio de Situaciones de Emergencia. Las corrientes en la zona del siniestro hacen desplazarse y oscilar al buque hundido y han arrastrado algunos cadáveres a 100 kilómetros de distancia.
El barco hundido no fue revisado a fondo desde que se construyó en 1955
Los medios rusos hablan de "inmoralidad" de la clase dirigente
A la "inmoralidad" como causa de las catástrofes que tan a menudo se cobran vidas en Rusia se refirió ayer en Moscú el patriarca de la Iglesia ortodoxa, Kiril, que ofició un servicio litúrgico por las víctimas. "¡Si al menos esto fuera un suceso extraordinario!", exclamó el líder de la primera confesión religiosa del país. "Pero no es así. Hace poco lloramos a las víctimas inocentes de una catástrofe aérea en Petrozavodsk y ¡cuántas víctimas ha habido en las llamadas catástrofes tecnológicas!", sentenció el patriarca, refiriéndose al accidente sufrido el 21 de junio por un avión Tu-134, que se saldó con 47 muertos. El patriarca se preguntó cómo era posible usar "maquinaria vieja" con riesgo para "la vida humana" solo porque "da dinero". "Si lo dominante en nuestra vida es el afán de ganar cuanto más mejor de cualquier modo, nos esperan grandes catástrofes", vaticinó Kiril.
Curiosamente, el Bulgaria casi se hundió hace cuatro años en el mismo sitio donde naufragó, según informaba el diario Moskovski Komsomoletz citando a un exmiembro de la tripulación. El "dinero al que no podían renunciar" ha sido la causa de la catástrofe, escribe en este diario Yulia Kalinina, que arremete contra la "falta de responsabilidad, sentido común y capacidad de prever las consecuencias de los propios actos". La gente de ese tipo es "cada vez más abundante" en Rusia, según Kalinina, justamente porque no es castigada severamente por sus delitos. "No hay que buscar traidores a la patria y envenenarlos con polonio, y tampoco traidores que entregaron a los americanos a 10 espías rusos", escribe Kalinina refiriéndose al asesinato del ex agente secreto Alexandr Litvinienko, envenenado en Londres, y al juicio en ausencia en Moscú de un desertor de los servicios secretos rusos, al que un tribunal moscovita ha culpado de la desarticulación de una red de espías rusos en EE UU.
Védomosti, por su parte, califica de "inadecuada a la magnitud del problema" la reacción del presidente, Dmitri Medvédev, ante los recientes accidentes de aviación. El diario se refiere a uno ocurrido en Karelia y a otro acaecido el lunes cuando un aparato An-24 que volaba de Tiumen a Tomsk acabó posándose en el río Obi con un saldo de seis muertos y un desaparecido. En ambos casos, Medvédev se pronunció por dar de baja los aviones siniestrados.
Estos siniestros recuerdan "el catastrófico estado de desgaste de la infraestructura y el transporte", señala el periódico. Según Védomosti, el 9% de los buques que surcan los ríos y lagos de Rusia tienen más de 50 años, y el 16%, más de 40. El parque aéreo ha envejecido de 2000 a 2010 y la proporción de aviones de 15 a 30 años de antigüedad ha aumentado del 40% al 58%. Los Tu-134 comenzaron a ser explotados en 1984 y los An-24 en 1979. El diario se pregunta por qué Medvédev no decidió dar de baja a los An-24 en agosto de 2010 cuando ocurrió un accidente en uno de esos aparatos que culminó con 11 muertos.
La situación es algo mejor en los ferrocarriles rusos, que están renovando sus trenes de largo recorrido y cercanías. Sin embargo, los nuevos trenes, advierte Védomosti, "circulan por las viejas vías". Esta circunstancia, que algunos consideran inquietante, se aplica a los trenes de gran velocidad que recorren la ruta entre Moscú y San Petersburgo. "El resultado de la actual discusión debe ser una decisión para modernizar totalmente la infraestructura y el transporte, y no la prohibición de aparatos aislados", concluye Védomosti.
Según el servicio de internet newsru.com, "los observadores y analistas, tanto en Rusia como en el extrajero, sacan la misma intranquilizadora conclusión". A saber, que la catástrofe en el Volga no es un caso excepcional, sino el resultado de "un sistema de gestión, de la corrupción que lo penetra todo, de la indiferencia general por la vida de la gente".
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