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Francia se interroga sobre el retorno político de DSK tras el giro judicial

François Hollande plantea ampliar el plazo de las primarias socialistas

Antonio Jiménez Barca

Francia, acostumbrada a los madrugones impactantes llegados de Estados Unidos ligados a Dominique Strauss-Kahn, despertó ayer otra vez convulsionada por la suerte del exdirector general del Fondo Monetario Internacional (FMI). El inesperado giro del proceso judicial, de repente más propicio a Strauss-Kahn por las supuestas dudas del propio fiscal sobre el testimonio de la empleada del hotel reveladas ayer por The New York Times, la posterior puesta en libertad condicional sin fianza del político francés por parte del juez y, sobre todo, la posibilidad cada vez más cierta de que pueda ser exculpado en las próximas semanas, desató en París una oleada de expectación... y de especulaciones sobre su resurrección política, impensable hace dos días.

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DSK estaba, en teoría, acabado. Su detención, el 15 de mayo, acusado de intento de violación, su paseo esposado -y retrasmitido por todo el planeta- hacia la cárcel, su estancia en prisión y su comparecencia deshonrosa ante el juez, deshecho, sin afeitar y sin corbata, parecían haberle apartado para siempre de la vida política. De hecho, su ausencia marcó el inicio de las primarias socialistas, cuyo plazo para presentar candidaturas empezó el martes. Los socialistas se aprestaban a acudir a la lucha contra Sarkozy en 2012 sin su candidato más valorado por las encuestas antes del 15 de mayo. Ahora, paradójicamente, su posible exculpación o el hecho mismo de que la acusación se debilite vuelve a colocar a un DSK en el lugar del protagonista.

"Él era el mejor candidato antes del 15 de mayo. Ha sido acusado de cosas terribles. Si realmente es exculpado, ¿por qué no tendría derecho a ser candidato a la elección presidencial?", se preguntaba ayer el diputado socialista François Pupponi, próximo a Strauss-Kahn. Después, a la pregunta de si DSK todavía tiene ganas de acudir a unas elecciones, respondió: "No lo sé. Yo conocía al DSK de antes del 15 de mayo; no sé en qué le ha convertido este proceso".

El exdirector del Fondo Monetario Internacional deberá presentarse ante el tribunal el próximo 18 de julio. Aunque fuera exculpado ese día, no tendría tiempo de presentar su candidatura para las primarias socialistas, ya que su plazo acaba el 13. Ya hay voces que piden que se modifique: uno de los candidatos, François Hollande, se mostró partidario ayer de retrasar esa fecha ante las novedades llegadas de Estados Unidos.

Martine Aubry, otra de las candidatas, eludió la cuestión y se limitó a hablar "como amiga de Dominique". "Pienso en su familia y espero de todo corazón que la justicia americana restablezca toda la verdad y que a partir de hoy se acabe su pesadilla", añadió.

Todo es posible y paradójico en esta historia. Aubry llegó hace meses a un pacto no escrito con DSK por el cual se comprometieron a no presentarse a las primarias uno contra otro. Todo apuntaba, antes del 15 de mayo, a que Aubry se retiraría de la carrera, dejando toda la plaza a Strauss-Kahn, favorito en las encuestas. Solo cuando el exdirector general del FMI, detenido en Nueva York, estuvo fuera de combate, Aubry se decidió a dar el paso. El martes anunció su candidatura y fue acusada desde varios sectores del Partido Socialista francés (PS) de resultar una candidata "por sustitución". Ahora, tres días después de lanzarse a la lucha, cuando comenzaba realmente su campaña, Aubry comienza a vislumbrar detrás de sí la amenazante sombra política de su antiguo aliado y su impredecible futuro.

No solo los dirigentes socialistas se referían al destino de DSK. El centrista y exministro con Nicolas Sarkozy Jean-Louis Borloo aseguró que si Strauss-Kahn es exculpado de todos los cargos, no ve ningún impedimento en que no pueda ser candidato a las primarias y posible rival del actual presidente francés en 2012. "Hay que ver si tiene ganas y fuerza", añadió.

Además de Borloo, la clase política francesa se interrogaba por el resultado incierto de un regreso un poco a lo conde de Montecristo. Y más allá del calendario de las primarias, e incluso de la suerte judicial, muchos se preguntaban simplemente si le quedarán ganas de afrontar unas elecciones. El diputado socialista próximo al ex director general del FMI lo tenía claro: "Volverá más fuerte después de las pruebas soportadas".

DSK, en caso de que decida regresar, deberá luchar también contra un enemigo imprevisible que le espera en Francia: la aireación de su vida privada en el último mes y medio en todos los medios de comunicación, los testimonios recurrentes que daban fe de su fama de seductor imparable y de sus problemas con las mujeres por no saber aceptar un no por respuesta.

Martine Aubry, líder de los socialistas franceses, ayer en Lille.
Martine Aubry, líder de los socialistas franceses, ayer en Lille.LUC MOLEUX (REUTERS)

Los hallazgos de la fiscalía

- Refugiada africana. "La denunciante declaró en 2004 a las autoridades del Departamento de Justicia e Inmigración que ella y su marido habían sido perseguidos, acosados y apaleados por su oposición al régimen dictatorial por entonces en el poder en Guinea. En entrevistas relacionadas con el actual caso, la denunciante ha admitido que esos datos son falsos".

- Momentos posteriores a la presunta agresión. "La denunciante declaró haberse quedado en el vestíbulo del piso 28 tras haber sufrido la presunta agresión hasta que el denunciado dejó su suite. La denunciante ahora admite que después del incidente limpió otra suite, regresó a la suite del incidente y empezó a limpiarla antes de denunciar la presunta agresión".

- Anterior violación. "La denunciante declaró haber sufrido una violación de grupo en Guinea. Posteriormente, reconoció que esa violación nunca ocurrió".

- Otras incongruencias. "La denunciante no ha contado la verdad en varios otros asuntos concernientes a su historia, sus relaciones y las circunstancias actuales".

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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