Castells dispara contra todos
El exconsejero de Economía de Cataluña niega el despilfarro del tripartito, acusa a Zapatero de incumplir la financiación y tacha a CiU de "revanchista"
Las finanzas de la Generalitat de Cataluña no están tan mal como las ha pintado el Gobierno de CiU y la culpa del déficit que arrastra esa institución es, por este orden, de la brutal caída de ingresos en 2010 y de los incumplimientos del Gobierno central en el vigente sistema de financiación autonómica. Con esos argumentos se defendió ayer quien estuvo en los últimos siete años al frente de las finanzas catalanas, el exconsejero Antoni Castells (PSC), que rompió seis meses exactos de "silencio consciente y deliberado" que dijo haber guardado para no contribuir a situar a la Generalitat en el "foco de alarma de todo el mundo".
Castells eligió el prestigioso foro barcelonés del Círculo de Economía, presidido por Josep Piqué, para su regreso público. Su conferencia, titulada Mi parte de verdad, llenó el auditorio de la entidad de políticos y empresarios. Allí estaban el expresidente del Gobierno catalán, José Montilla, el exvicepresidente Josep Lluís Carod-Rovira y los exconsejeros Joaquim Nadal, Marina Geli o Josep Huguet, además de un nutrido grupo de diputados socialistas y su anterior equipo en el Departamento de Economía. También la clase empresarial respondió: el presidente de Banco Sabadell, Josep Oliu; el expresidente de La Caixa Ricard Fornesa, o el presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Miquel Valls asistieron a la conferencia.
"El déficit no se debe al descontrol del gasto, sino a la caída de ingresos"
"CiU tiene una mentalidad más propia de oposición que de Gobierno"
El exconsejero cargó contra el Gobierno de CiU, al que acusó de "revanchista" y de estar "instalado en una mentalidad de oposición", con las excepciones, dijo, del expresidente Jordi Pujol y del consejero Andreu Mas-Colell. En los últimos meses, varios miembros del Ejecutivo de Artur Mas han atribuido al despilfarro el desvío del déficit de la Generalitat -del 3,8% del Producto Interior Bruto (PIB) frente al 2,4% acordado- e incluso han llegado a afirmar que la "caja estaba vacía". De hecho, en primera fila estaba el portavoz del Gobierno catalán, Francesc Homs, que en no pocas ocasiones se ha sumado a esas afirmaciones.
"No es cierto que el déficit se deba al descontrol del gasto, sino a la recesión y la caída de ingresos", ha contestado Castells, quien ha recordado que en octubre de 2007 ya elaboró el primero de sus planes de austeridad al apreciar una caída en los ingresos por el impuesto de transmisiones inmobiliarias. Y puso como prueba de lo sucedido la situación de los länder alemanes o de los Estados norteamericanos, como California. "Nadie pretendrá que lo que ha pasado en esos lugares es también responsabilidad del Gobierno tripartito", ironizó. Además, Castells recordó que el aumento de la deuda se produjo en un momento de expansión del gasto en todo el mundo para no ahondar en la crisis y en plena escalada de la tasa de paro.
El exconsejero avanzó que el déficit de Cataluña para 2010 será mucho menor al 3,8% que ahora estima la Intervención General del Estado y se situará alrededor del 3,4% cuando se liquide el presupuesto de ese año. Ello se debe a que el Estado hizo unas previsiones de ingresos muy conservadoras para el año pasado que al final fueron superadas, por lo que anticipó menos dinero del que acabó dando.
Sin embargo, no todas las críticas se centraron en el Gobierno de CiU. Castells consideró que el modelo de financiación autonómica que él pactó con el entonces ministro de Economía, Pedro Solbes, no es malo. "El problema básico", dijo, "es que el Gobierno del Estado no lo cumpla". El exconsejero socialista le recriminó que se niegue a anticipar el fondo de competitividad este año o haber contribuido a alimentar el discurso "dominante" de que las comunidades son "culpables de todos los males de la economía española". "Del déficit del 11,2% sobre el PIB de 2009, el 9,2% correspondía al Estado y el 2% a las comunidades", recordó Castells, quien agregó que las autonomías, con unos ingresos muy dependientes del sector inmobiliario, debían afrontar los servicios fundamentales del Estado del bienestar con una caída de los ingresos más acusada por su dependencia de los tributos relacionados con el ladrillo.
La intervención del exconsejero también acabó con un consejo a los suyos, a pesar de que anticipó que no será "candidato a nada", es decir, que no optará a la primera secretaría del PSC. Castells afirmó que en caso de que la izquierda hubiera ganado las elecciones, tendrían que haber asumido los recortes que ahora afronta Mas-Colell. La principal diferencia con el actual consejero es que Castells apuesta por un mix que equilibre el recorte de déficit con un nivel de gasto razonable para superar la crisis, aunque admitió que esa decisión está en manos de la Unión Europea y, en especial, de Alemania.
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