Cameron y Libia
Cuatro meses con una guerra civil en tablas en Libia y sin horizonte claro. Muertos, heridos, desplazados, destrucción. Resoluciones internacionales adoptadas de forma cuestionable con indisimulado interés por parte de alguna potencia europea. Intervención militar bajo mandato político claro e inequívoco del tipo "quiero y no puedo", pero a la vez "puedo y no quiero". Sin estrategia de salida.
Y ante las preocupaciones expresadas por Simon Bryant, número dos de la Royal Air Force (RAF), miembro de ese colectivo militar que se juega la vida y gasta el dinero de millones de contribuyentes en crisis, va Cameron, el primer ministro británico, y suelta eso de que "ustedes ocúpense de luchar que seré yo quien hable". Pues Simon Bryant podría haberle replicado a Cameron con un "ustedes -los gobernantes- ocúpense de procurar el bien común y la justicia, que yo -el jefe militar- seré quien arriesgue mi vida y la de mi gente". Y no creo que por ello tachara alguien de golpista a la RAF británica.
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