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OPINIÓN
Columna
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Bajo las alfombras

La embestida lanzada contra la Administración saliente por los próximos gobernantes de Castilla-La Mancha antes de tomar posesión de sus cargos ha sido tan violenta como extemporánea. Es verdad que 28 años de presencia ininterrumpida de los socialistas al frente de esas instituciones han podido acumular bajo las alfombras del poder capas de polvo y basura necesitadas de limpieza. Y la connivencia con la corrupción mostrada recientemente por el PP en Valencia y Madrid no le prohíbe, sin embargo, denunciar comportamientos del mismo género de sus rivales. La alternancia pacífica en el poder mediante elecciones libres dentro del marco del Estado de derecho es el mecanismo de la democracia para combatir las inercias degenerativas de las largas estancias en los cargos públicos de los profesionales del poder.

El PP denuncia graves irregularidades en Castilla-La Mancha antes de tomar posesión del Gobierno regional

Sucede, sin embargo, que las acusaciones del PP han carecido hasta ahora de respaldo probatorio. ¿Se halla la región "en quiebra total", como anunció el secretario general de los populares, Vicente Tirado, que además pone en duda el pago el próximo mes de la nómina de 70.000 funcionarios, afirma la existencia de facturas impagadas por importe de 2.000 millones y eleva la deuda de la región a 7.000 millones? ¿Tendría razón el diputado Leandro Esteban cuando denunció la destrucción de documentación oficial a fin de borrar huellas delictivas? ¿Sería Castilla-La Mancha "la Grecia española", mencionada ominosamente por Marcial Marín, portavoz parlamentario de Economía?

¿Por qué los heraldos de la catástrofe no contuvieron su impaciencia hasta hallarse en condiciones de documentar dentro de unos días desde sus nuevos despachos esas apocalípticas revelaciones? Los trompetazos de los sitiadores de Jericó para derribar las murallas, pese a que las elecciones les hayan abierto pacíficamente las puertas de la ciudad, son tanto más alarmistas en cuanto Castilla-La Mancha ocupa el tercer lugar en el ranking de la deuda de las autonomías en relación con el PIB (16,5%) y carece de autorización gubernamental para negociar nuevos endeudamientos. El déficit de la región alcanzó en 2010 el 6,5% sobre el PIB: sólo en el primer cuatrimestre ha superado ya el 1,3% sobre el PIB previsto para todo 2011.

La tormenta sobre el euro todavía no ha escampado. El pasado martes, la Comisión Europea recordó al Gobierno español su compromiso de mantener todo el gasto público -también el autonómico- por debajo del crecimiento del PIB. En ese contexto, la alarmista campaña sobre la existencia de un pozo de déficit oculto en Castilla-La Mancha es algo más que el resultado de una combinación de estupidez, irresponsabilidad y frivolidad: también constituye un incongruente paso hacia el suicidio del PP, que no sólo deberá gobernar esa comunidad desde la próxima semana, sino que muy probablemente tendrá que hacerse cargo después de las legislativas de la lucha para evitar el rescate de la economía española. -

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