Dos noticias malas y una buena

Primera mala noticia. La Academia de la Historia ha publicado un diccionario biográfico, financiado con dinero público, en el que se dice de Franco que el general "montó un régimen autoritario pero no totalitario". De seguir así, algunos historiadores terminarán elevando a los altares al pequeño gran dictador y asesino. Lo imperdonable es que lo hagan con nuestro dinero.

Segunda noticia mala. La Agencia Internacional de la Energía nos recuerda que las emisiones de CO2 alcanzan un récord histórico y suponen un serio revés en la lucha contra el calentamiento global. De seguir así, nos recuerda, será difícil impedir que las temperaturas suban más de 2 grados. El mundo se acerca peligrosamente a un punto de no retorno. ¿Seremos capaces de reaccionar a tiempo?

Y, por último, la buena. El Gobierno de Ángela Merkel acuerda, de forma irreversible, que todas las centrales nucleares dejen de funcionar antes de 2022. Se dice que no hay mal que por bien no venga. Y a lo mejor es verdad. La catástrofe de Fukushima puede que sea el último escarmiento nuclear que necesitábamos; y, la decisión alemana, el comienzo del fin de esta peligrosa energía en todo el mundo.