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La captura del general Mladic

El tribunal internacional se prepara para demostrar que el general ordenó el genocidio

Isabel Ferrer

La Fiscalía del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY), establecida en 1993 a instancias de la ONU, tiene ante sí la mayor responsabilidad de su historia: demostrar que el exgeneral Ratko Mladic es un genocida. Es decir, que en su calidad de comandante en jefe del Ejército serbobosnio formó una asociación criminal y planeó, instigó y ordenó el asesinato de 8.000 hombres musulmanes en Srebrenica.

El genocidio es el mayor de los crímenes. También es el más difícil de atribuir a un sujeto en particular. Hay que probar que el acusado pretendía "exterminar de forma sistemática a un grupo social por razón de raza, religión o política". En la guerra de los Balcanes, esta turbadora definición se aplica a la denominada limpieza étnica, la práctica derivada del sueño de la gran Serbia "étnicamente pura", agitado por el fallecido expresidente serbio Slobodan Milosevic. Paradójicamente, el caso de Srebrenica ya ha sido tipificado como genocidio. En 2001, lo hizo el propio TPIY en una sentencia contra el comandante Radoslav Krstic, subordinado de Mladic. Le condenaron a 35 años por "colaboración en genocidio". En 2007 hizo otro tanto el Tribunal Internacional de Justicia, máximo órgano judicial de la ONU. Sus jueces fallaron que se había cometido "el crimen de los crímenes", pero hicieron una distinción esencial. Eximieron a Serbia de responsabilidad, aunque la criticaron por no prevenir la tragedia.

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Para Mladic, la Fiscalía del TPIY dispone de "un enorme volumen de pruebas" que confirmaría la culpabilidad expresa. Según las notas que baraja el actual fiscal titular, Serge Brammertz, desde su posición en la cúpula de la cadena de mando Mladic ordenó ataques contra poblaciones no serbias, matando y atemorizando a sus habitantes. Los deportó, maltrató y destruyó sus hogares. Y no evitó, previno, ni tampoco castigó los crímenes cometidos por sus soldados. "En suma, él era el jefe supremo que diseñó una campaña militar en Srebrenica traducida en la captura y ejecución de musulmanes. Asimismo, se ocupó de organizar la forma de ocultar luego lo ocurrido", reza el pliego de cargos.

En una guerra como la balcánica, todas esas acusaciones tienen imagen propia. Las televisiones mundiales grabaron la entrada de Mladic y sus tropas en Srebrenica, la separación posterior de hombres y mujeres, y la humillación de sus protectores, los cascos azules holandeses. Hay cintas que dan fe del hallazgo de fosas comunes en Bosnia. Existe incluso el testimonio fílmico más aterrador: la muerte en directo de muchos prisioneros musulmanes. Con todo, "la presunción de inocencia es esencial", como repite la fiscalía, "y Mladic tendrá un juicio justo". A última hora de ayer, la maquinaria legal se puso en marcha y se formó en La Haya, sede del TPIY, la sala con los tres jueces que procesarán al exgeneral serbobosnio. El fugitivo hasta ahora más buscado.

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