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La captura del general Mladic

Serbia allana el camino para la extradición

La justicia dictamina que, a pesar de sus problemas de salud, Ratko Mladic puede ser juzgado en La Haya - El acusado tiene de plazo hasta el lunes para apelar

Andrea Rizzi

Capturado Ratko Mladic, la pugna oculta entre las dos almas de Serbia tiene ahora como escenario los tribunales. Una corte de Belgrado empujó ayer al exlíder de las tropas serbobosnias un poco más cerca del banquillo de La Haya, al desestimar la petición de la defensa de que se denegara su extradición debido a las precarias condiciones de salud del preso. Entre Mladic y La Haya -donde se le quiere juzgar por crímenes de guerra y contra la humanidad- queda ahora solo un recurso, que se decidirá probablemente a comienzos de la semana que viene. Al margen de los tribunales, mientras, se libra un gran pulso que enfrenta a los bloques políticos serbios y que decidirá el encaje de país en Occidente en el futuro próximo.

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La detención de Mladic ha causado una notable agitación política en el país balcánico. El bloque proeuropeísta en el poder cree que el arresto abrirá puertas a Serbia en Bruselas, un logro que podría garantizar la reelección en unos comicios que se perfilan muy reñidos. El bloque radical -más frío hacia Occidente- se ve forzado en cambio a un delicado ejercicio de contorsionismo político: no puede condenar la captura (para no irritar a Bruselas) ni aprobarla (para no decepcionar a gran parte de su electorado).

Se trata sin duda de una circunstancia política con efectos inciertos y decisiva para las elecciones previstas para mayo del año que viene. Los serbios, que mayoritariamente miran hacia Europa, conservan sin embargo amplias bolsas de rencor social hacia Occidente, mucha simpatía hacia turbios líderes del pasado y estrechos lazos con Rusia.

Rusos precisamente fueron los autores que pidió poder leer Mladic en su nueva vida de preso: Gogol y Tolstoi, según informaron fuentes judiciales. También pidió comer fresas y poder visitar la tumba de su hija Ana, que se suicidó en 1994. Un año después, según le acusa la justicia internacional, su padre perpetraría en Srebrenica la peor matanza de civiles cometida en Europa desde la II Guerra Mundial, causando unos 8.000 muertos entre los varones musulmanes de la zona.

El examen médico efectuado al preso consideró que Mladic, de 69 años, sufre de hipertensión y problemas renales y cardiacos, pero nada tan grave como para justificar que se deniegue la extradición pedida por La Haya.

"Yo comprendo que le hayan detenido", dice Boban Bozic, de 33 años, empleado de una fotocopistería de Belgrado. "No me gusta, pero lo entiendo. Lo que no entiendo es porque no se ha condenado a nadie del otro lado, que también cometieron crímenes", explica, resumiendo un sentimiento todavía muy vivo y frecuente en Serbia. El jueves hubo una manifestación contra la detención en Novi Sad, y ayer hubo otra de serbobosnios en Pale. Belgrado presentaba ayer un despliegue de vigilancia policial claramente reforzado con unidades antidisturbios. ¿Prevalecerá en las próximas elecciones ese sentimiento de frustración y humillación o las ganas de acercarse a Europa?

"No es sorprendente que, en público o en privado, tanta gente aquí se exprese en contra de la detención y la extradición", reflexiona el analista político Dejan Anastasijevic. "En todos los países de esta región parece que los criminales de guerra son muy queridos por sus pueblos... pero claramente la detención es una buena noticia para Serbia, y al final va a ser un activo para el Gobierno. En el corto plazo, porque refuerza nuestra candidatura en Bruselas; en el largo, porque remueve ese reproche tácito constante que los países de la zona mantenían hacia Serbia".

"La detención de Mladic era una precondición para la reconciliación de la zona", dijo ayer el presidente serbio, Boris Tadic, en una entrevista con la agencia Reuters. El mandatario aseguró que la agenda europea marchará a pleno ritmo y que, capturado Mladic, se reasignarán recursos para combatir la criminalidad organizada y la corrupción, otras grandes tareas pendientes de Serbia.

Anastasijevic, sin embargo, advierte que en la balanza política serbia tendrá un importante peso la coyuntura económica, que atraviesa dificultades. Sin embargo, este es otro tiempo político.

El Gobierno, por su parte, aseguró que se investigará con rigor si hubo alguna complicidad en la Administración pública para permitir que Mladic permaneciera fugitivo durante 15 años. En un primer periodo, el militar se presentaba sin tapujos en los estadios de fútbol o en bodas de familiares. Pero, oculto desde hace una década, las autoridades aseguran ahora que lo encontraron "pálido como si no hubiese salido a la luz en mucho tiempo".

El general serbobosnio Ratko Mladic, ayer en Belgrado.
El general serbobosnio Ratko Mladic, ayer en Belgrado.REUTERS

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Sobre la firma

Andrea Rizzi
Corresponsal de asuntos globales de EL PAÍS y autor de una columna dedicada a cuestiones europeas que se publica los sábados. Anteriormente fue redactor jefe de Internacional y subdirector de Opinión del diario. Es licenciado en Derecho (La Sapienza, Roma) máster en Periodismo (UAM/EL PAÍS, Madrid) y en Derecho de la UE (IEE/ULB, Bruselas).

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