Hereu busca el cuerpo a cuerpo con Trias para recortar distancias

Cierta visión conformista de la vida asegura que el tiempo pone a cada uno en su sitio. Lo mismo podría decir de la demoscopia. Las encuestas electorales publicadas las últimas semanas insisten en presentar a un Xavier Trias ganando la alcaldía de Barcelona, pero también muestran a un Jordi Hereu que recorta distancias. Consciente de este papel de candidato rezagado con aspiraciones al sorpasso, el alcalde de Barcelona y cabeza de lista del Partit dels Socialistes pasó ayer al ataque en el último debate de la campaña electoral barcelonesa, que reunió a los cinco principales aspirantes por iniciativa de EL PAÍS en el CCCB y moderado por Francesc Valls, subdirector de este diario. Hereu y Trias, así como el resto de candidatos protagonizaron un vivo debate en el que el alcalde defendió la "solvencia" de Barcelona frente a un candidato nacionalista que lo fio todo a la idea del "cambio".

La izquierda agita el miedo a un pacto de nacionalistas con el PP

La oposición en pleno ve agotado el actual modelo de crecimiento

El candidato socialista destaca la "solvencia" de la ciudad y el de CiU pide el "cambio"

Hereu dejó claro que no hará como José Montilla en su carrera para mantener la presidencia de la Generalitat. No se dará por vencido antes de tiempo. Y, con una desinhibición que no había mostrado desde hacía años no dejó por responder ni un solo envite del aspirante Trias. Ambos rompieron cualquier formalidad de un debate público y utilizaron onomatopeyas, gestos y poses de todo tipo para desarmar al contrario. Hasta llegaron a cogerse del brazo para pedirle al rival que frenara sus invectivas. No fueron los únicos que buscaron en el lenguaje verbal un elemento para llamar la atención. El republicano Jordi Portabella llegó a levantarse de la silla para demostrar que, pese a medir lo mismo que hace años -1,78 para ser exactos- ha "crecido" como político y como persona. Lo mismo pide para Barcelona.

Los recortes sociales del Gobierno de CiU, el modelo de ciudad -que la oposición ve agotado-, el sistema productivo y las infraestructuras de Barcelona centraron los choques entre Trias y Hereu, en los que el resto de candidatos entraron como pudieron. La actitud beligerante de Hereu quedó clara cuando Trias aseguró que a Barcelona le hace falta "un cambio de liderazgo para ser capital de Cataluña, de la catalanidad, abierta al mundo, ciudad de comercio y diversificada". "Me está describiendo la Barcelona actual", replicó Hereu, quien se preguntó "por qué tenemos que hacer un cambio".

A Trias no le gustó que en el debate se mezclara seguridad con inmigración como suele hacer el candidato del PP. Fue su manera de hacer notar que no tiene ningún interés en pactar con Alberto Fernández Díaz por más que las encuestas dibujan un pacto CiU-PP como única opción para que Trias pueda gobernar con comodidad si no le ayuda a ello el Partit dels Socialistes.

Ni Hereu ni Portabella ni el ecosocialista Ricard Gomà dejaron que Trias se fuera de rositas por los pactos del pasado de CiU con el PP. De hecho, los socialistas han comenzado a emitir en televisión un duro anuncio televisivo que recoge los elogios de José María Aznar a Trias cuando en 1996 los nacionalistas catalanes optaron por apoyar al PP. El nacionalista insiste en que esto es tiempo pasado y que lo que hace falta ahora a Barcelona es un cambio de aires, comenzando por apartar del poder al actual alcalde. "Usted está de capa caída hasta el extremo de que los suyos se lo quieren quitar de encima", dijo Trias a Hereu.