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La cuenta atrás empieza como mínimo un mes antes del día D. En paralelo a la elección del vestido, las novias pasan por un programa de belleza a medida que se ajusta a sus necesidades. Hace años se reducían a peinado, maquillaje, depilación y autobronceado, pero hoy los cuidados se han especializado. Cabe desde un blanqueamiento dental hasta unas infiltraciones antiarrugas.
El aspecto radiante de una novia no es solo fruto de la felicidad del momento, responde a un concienzudo plan estratégico donde intervienen una legión de expertos y asesores de imagen: peluqueros, esteticistas, maquilladores, manicuristas y, si cabe, nutricionistas, siempre que sea necesario meter en cintura a la novia. Paso a paso, con sus zapatos favoritos y una pedicura al detalle podrá subir al altar pisando fuerte. Y con la cabeza bien alta, luciendo un peinado premeditadamente desenfadado, fruto de varios días de prueba en el salón de peluquería.
"El mejor peinado nace de la confianza con el estilista para que no sea un disfraz"
Las edades del querer han cambiado, al menos las del querer casarse. Según el Instituto Nacional de Estadística, en 1997 la media de edad de las novias era de 28 años. Hoy ronda los 36, y algunas traspasan alegremente la barrera de los 40, e incluso la de los 60. Además, existen las segundas (o terceras...) nupcias. Lo que no ha cambiado es que cuando llega el gran día todas quieren salir guapas en las fotos, y en la mayoría de los casos no basta con sonreír al objetivo. El apartado de cuidados también ha crecido. En opinión de la especialista Maribel Yébenes, "los tratamientos más importantes para el gran día deben centrarse en mejorar la textura, elasticidad y luminosidad de las zonas más expuestas: cara, cuello, escote y, ahora que empieza el buen tiempo, también la espalda y los brazos".
Las proposiciones de belleza para esta celebración han sabido modernizarse y adaptarse a las agendas de las novias más variopintas. La especialización de estos programas no tiene más límite que el presupuesto que cada una se imponga. Por ejemplo, el centro Sha Wellness Clinic de Alicante tiene un programa personalizado para cada estilo de novia que incluye un chequeo médico, consulta de medicina estética, diagnóstico de la piel y tratamiento facial y corporal como corresponde a un spa detox y alternativo.
Al gigante puzzle de preparativos le falta la cabeza con su tocado. "El mejor peinado de novia nace de la comunicación y la confianza entre la novia y su estilista. Es la única manera de conseguir que el tocado no se convierta en un disfraz", explica el peluquero valenciano Pascual Segura. "El proceso habitual comienza con un boceto del traje de novia, las joyas que quieren llevar, el tipo de tocado, velo o mantilla que quieren lucir, y con todos estos datos comenzamos a hacerles varias propuestas de peinado y también de maquillaje para que exista una armonía total del conjunto. Es imprescindible que exista una proporción exacta entre los volúmenes del traje, su cuerpo, el peinado y los complementos", asegura Pascual.
"Otro factor a tener en cuenta es el entorno de la ceremonia", añade la estilista vasca Yolanda Aberasturi, que también considera muy importante "tratar el cabello con antelación dependiendo del estado del mismo. Puede bastar con una sesión especial para reestructurar y dar brillo y aplicar color mediante ligeros toques de luz en forma de mechas o reflejos, según el caso".
Lo principal es que la novia se vea y se sienta guapa, aunque hay trucos profesionales que ayudan y funcionan. Pascual huye de las tendencias de moda porque dice que siempre pasan, y de los flequillos muy marcados, que al final se deforman con el viento y en las fotos suelen salir abiertos. Sin embargo, desde el salón especializado Cibeles Madrid Novias 2011 (celebrado los días 5 y 6 de mayo), Beatriz Mora, peluquera de Art Lab Salón y responsable de peluquería de los desfiles, apuesta por la moda: "Existe una fuerte tendencia hacia el romanticismo, imperando la naturalidad y la suavidad. Las novias quieren lucir frescas, con aire de princesas medievales de sonrosada piel. Adornan sus cabelleras con recogidos voluminosos o las dejan sueltas, llenas de ondas y rizos deshechos, con un aspecto de mágicas sacerdotisas de Avalon".
Respecto al maquillaje nupcial, Ricardo Calero, responsable de la Pasarela Cibeles Novias, apunta algunas pistas: pieles claras, perfectas, luminosas y ligeras; con toques de luz en los pómulos altos y lagrimales y mate en el resto del rostro. Los párpados se realzan en colores piel, rosados o anaranjados, casi invisibles, pero que remodelan los contornos de los rasgos. Las cejas van suavemente delineadas, y las pestañas postizas, en tono castaño para enriquecer la mirada sin extravagancias. Los pómulos son suaves y frontales, y los labios lucen hidratados como si estuviesen mordidos y jugosos.
De la pasarela al salón, la peluquería y el maquillaje de novia se pueden materializar en un mes, y el precio global por el servicio completo con pruebas incluidas puede costar entre 300 y 600 euros. En la mayoría de los casos incluye manicura y pedicura, depilación o algún masaje relajante. El maquillaje y el peinado se hacen el mismo día de la boda, como el menú que degustarán los invitados mientras comentan lo guapa que está la novia.
Para las más maduras
"Mientras que las jóvenes superan las pruebas de peinado, estética y maquillaje en un mes, el plan de belleza para las novias maduras deberá comenzar tres meses antes", explica la esteticista Carmen Navarro. Por ejemplo, con "sesiones de exfoliación con ácidos glicólicos y otros principios que devuelven la suavidad". Se pueden incluir retoques médicos para combatir manchas, arruguitas y patas de gallo. La especialista Maribel Yébenes aconseja mesoterapia con vitaminas y la inyección de un nuevo ácido hialurónico en el rostro y escote. Para estilizar la figura recomienda "un tratamiento corporal Detox, consistente en un par de inyecciones en el glúteo con un cóctel de productos homeopáticos que favorecen el sistema linfático".
Una rápida puesta a punto
Un plan para novias jóvenes o con prisas. A partir de 420 euros, el centro Slow Life House ofrece una preparación completa en el mes anterior a la boda. Consiste en tres tratamientos faciales y dos masajes corporales. Además, a quince días de la ceremonia se realiza un 'peeling' intensivo con masaje Abhyanga. Justo el día antes se reserva un masaje de Omega 3 y Babasu. El programa incluye permanente, tinte de pestañas y estudio y depilación de cejas.
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