Gadafi intenta negociar una salida en Londres
Un emisario propone el relevo del líder libio a cambio de que sus hijos participen en la transición del poder
Muamar el Gadafi busca una salida política consciente, probablemente, de que no puede derrotar a los rebeldes mientras cuenten con el apoyo de la coalición internacional.
Por esa razón envió a Londres a Mohamed Ismail, un estrecho colaborador de su hijo, Saif el Islam, según revelaron ayer el diario británico The Guardian y la BBC. So pretexto de que Ismail tiene familia en la capital británica, estuvo allí a principios de semana y trató de dialogar con las autoridades.
El Foreign Office rehusó comentar lo hablado con Ismail, pero sí precisó el mensaje que Londres había dado al emisario libio: "En cualquier contacto que mantenemos dejamos claro que Gadafi se debe ir", señaló una portavoz británica. "El siguiente paso es que cese la violencia y que Gadafi se largue", insistió el portavoz del primer ministro David Cameron.
Noman Benotman, un exterrorista libio de Al Qaeda que encabeza en Londres una fundación costeada por Gadafi, fue algo más explícito sobre la oferta que el líder libio trasladó a la coalición a través del emisario. Este posee una larga experiencia en la compra de armas para el régimen libio.
Mohamed Ismail, dijo Benotman, propuso una solución en la que Gadafi renunciaría al liderazgo -que ejerce desde el golpe de Estado militar de 1969- pero sus hijos le sustituirían o, por lo menos, desempeñarían un papel en el Ejecutivo que conduciría la transición en Libia. El propio Benotman desestimó esta salida: "Es demasiado tarde para esto", dijo.
Los hijos de Gadafi, empezando por Saif el Islam, al que el líder quería dejar en herencia la dirección del país, son ahora, aparentemente, el principal escollo en la búsqueda de una salida para Libia, según un diplomático libio que dimitió recientemente.
La coalición no se opone a que la tribu de Gadafi, los gadafas, participe activamente en la transición, pero rechaza que lo haga algún familiar directo del líder.
El contacto celebrado en Londres por Mohamed Ismail no ha sido el único que el régimen libio ha establecido estos días con la coalición de países que respaldan la insurrección, pero es el único que ha trascendido.
Abdul Ati el Obeidi, que fue primer ministro de Gadafi hace ya 30 años, reconoció ayer en Trípoli a la televisión británica Channel 4: "Estamos intentado hablar con los británicos, los franceses y los estadounidenses para parar la matanza de nuestro pueblo". "Estamos intentando buscar una solución mutuamente satisfactoria" sobre la que no dio pistas.
Los rebeldes libios se mostraron, por su parte, dispuestos a aceptar un alto el fuego, pero bajo dos condiciones que Gadafi no aceptará. Sus tropas deben previamente retirarse de las ciudades y permitir que se celebren en ellas manifestaciones.
El exterrorista Benotman jugó un papel destacado en el acuerdo que permitió al exministro de Exteriores libio y exjefe de la inteligencia exterior hasta 2009, Musa Kusa, refugiarse en Londres con su familia el miércoles por la noche. Llegó a la capital británica en un avión privado procedente de Yerba (Túnez).
Musa, que está siendo interrogado en algún lugar secreto cerca de Londres, es una fuente inagotable sobre el régimen al que sirvió. Pero también es una fuente de problemas para el Gobierno británico que le acoge sin garantizar su inmunidad.
La Fiscalía de Escocia ya expresó su deseo de interrogarle sobre la voladura, en 1988, de un avión de la Pan Am sobre Lockerbie que causó 270 muertos. Los familiares de las 170 víctimas del atentado que destruyó, en 1989, un avión francés de UTA cuando sobrevolaba Níger, también pidieron que Musa fuese interrogado. Seis libios fueron ya condenados en rebeldía, en París, en 1999.
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