Israel culpa a Hamás de los cohetes lanzados desde Gaza
Un misil Grad impacta a 20 kilómetros de Tel Aviv
Un día después de que una bomba estallara en el centro de Jerusalén y matara a una turista británica, israelíes y palestinos reanudaron el fuego cruzado que mantiene la zona fronteriza con la franja de Gaza en estado de máxima tensión. El ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, responsabilizó ayer al movimiento islamista Hamás, que gobierna en Gaza, de cualquier lanzamiento de cohetes desde la Franja, a pesar de que Yihad Islámica se ha atribuido parte de los ataques. Las palabras de Barak se suman a una serie de llamadas a una operación a gran escala para liquidar el Ejecutivo de Hamás por parte de algunos políticos israelíes.
Las declaraciones del titular de Defensa se produjeron tras un encuentro con su homólogo estadounidense, Robert Gates, de visita en Israel. Gates pidió a israelíes y palestinos que reanuden las llamadas conversaciones de paz, interrumpidas hace casi siete meses.
La policía palestina detiene a cinco miembros de Yihad en Cisjordania
El día de ayer comenzó con nuevos bombardeos israelíes sobre la franja de Gaza, según informó el Ejército. La aviación israelí atacó un supuesto campo de entrenamiento militar de Hamás, además de túneles por los que entran todo tipo de bienes a la Franja desde Egipto y una instalación eléctrica, lo que produjo cortes de luz. Nueve palestinos, tres de ellos niños, murieron el pasado martes en similares incursiones israelíes.
También ayer, horas después de los bombardeos, dos cohetes Grad salían disparados de Gaza e impactaban decenas de kilómetros en el interior de Israel, lo que hizo sonar todas las alarmas en el país. Uno de los proyectiles aterrizó a 20 kilómetros de Tel Aviv. Este tipo de lanzamiento supone una repetición del escenario previo a la Operación Plomo Fundido, en la que el Ejército invadió Gaza en las Navidades de 2008 y mató a 1.400 personas en respuesta a los ataques con cohetes.
El grupo palestino Yihad Islámica indicó en conferencia de prensa que cinco de sus miembros fueron detenidos en Cisjordania por las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina, y aseguraron que "responderán a los crímenes israelíes". Un día antes, un portavoz del brazo armado de Yihad Islámica había anunciado que a partir de ahora atentarían contra objetivos en el interior de Israel y no solo en las poblaciones cercanas a la franja de Gaza. Ante la escalada verbal y militar, Hamás pidió la noche del miércoles que se "restaure la calma" y una vuelta a la tregua de facto que el grupo islamista mantenía con Israel.
En respuesta al clima de tensión en la zona, el diario israelí Haaretz pidió ayer en un editorial al Gobierno israelí "moderación y que sofoque el estallido en lugar de adentrarse en una nueva operación en Gaza". Y terminaba: "El entusiasmo populista por una operación a gran escala solo traerá más complicaciones a Israel, más condenas y un mayor aislamiento". Diversos analistas reflexionaban en la prensa israelí sobre las opciones de su Ejecutivo para responder al lanzamiento de cohetes palestinos. Algunos defendían una política de mano dura, pero otros opinaban que operaciones como la devastadora Plomo Fundido no han supuesto una mayor capacidad de disuasión, como defendieron en su día los líderes israelíes.
Mientras, la policía israelí trabajaba para dar con el responsable del atentado que mató a una turista británica en Jerusalén. Hasta ahora, ningún grupo se ha responsabilizado de un ataque que ha resucitado los fantasmas de la segunda Intifada. La clase política israelí da por hecho sin embargo que la colocación de la bomba junto a una parada de autobús fue obra de un miliciano palestino y buena parte de ella ha pedido al Gobierno una respuesta contundente.
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