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Intervención aliada en Libia

Las disputas sobre la participación de la OTAN dividen a los aliados

Francia quiere que la Alianza apoye a la coalición sin asumir el control total

El clima del debate entre los aliados sobre el papel que debe jugar la OTAN en Libia se tensó tanto ayer que hasta la prevista aprobación por los embajadores de la participación en el embargo naval de armas a Libia quedó pospuesta hasta hoy, en medio de profundas diferencias entre quienes reclaman que la Alianza asuma el liderazgo, quienes prefieren verla en un papel subsidiario y quienes han hecho saber que mientras los demás no se aclaren ellos suspenden su participación en la operación Amanecer de la Odisea.

A los aliados les enfrenta el detalle de si la OTAN debe participar y con qué condiciones en la zona de exclusión aérea, mientras existen posiciones encontradas sobre la función que la Alianza debe desempeñar en todo el proyecto.

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Turquía, sacudida por la intensidad de los bombardeos de la coalición para liberar el espacio aéreo libio, exige que el plan de operaciones sea revisado para evitar al máximo bajas entre los civiles de un país musulmán.

Esos recelos turcos unidos a las aparentes objeciones de la Liga Árabe permitieron ayer sacar pecho a Guido Westerwelle, el ministro alemán de Exteriores, y defender su abstención en el Consejo de Seguridad. "Nosotros calculamos el riesgo", declaró en Bruselas, donde los Veintisiete debatieron sobre Libia.

"Si a los tres días de que empezara la intervención ya vemos a la Liga Árabe criticarla, creo que no anduvimos desencaminados". El secretario general de la Liga, Amr Musa, a quien el domingo se atribuyeron las críticas, se desdijo ayer con el argumento de que todo había sido un malentendido fruto de una mala traducción

Alemania encabeza un frente de tibios en lo militar en el que también figuran Polonia y alguno otro pequeño país. Varsovia se escuda en esa división y en su presidencia de la UE en el segundo semestre de 2011 para anunciar que participará exclusivamente en labores de asistencia humanitaria en Libia.

Francia y el Reino Unido, puntas de lanza de la participación europea en Libia, tienen diferente criterio sobre el futuro papel de la OTAN. El primer ministro británico, David Cameron, quiere que la Alianza asuma cuanto antes el liderazgo de Amanecer de la Odisea, mientras los franceses, aparentemente celosos de su protagonismo, ofrecen sólo un papel subsidiario para la Alianza. "La coordinación la hace Estados Unidos en estrecha colaboración con Francia y el Reino Unidos", declaró Alain Juppé, ministro francés de Exteriores. "La OTAN está dispuesta a apoyar dentro de unos días".

La preferencia por el papel de apoyo la justifica Juppé en el hecho de que "hay muchos países que dudan en ponerse bajo la bandera de la OTAN", referencia no velada a los países árabes que sólo Francia esgrime, como hace notar un embajador aliado. "No es la OTAN la que ha tomado la iniciativa. El control político lo ejercen países árabes, americanos y europeos. Otra cosa es que en el futuro haya alguna planificación de la OTAN".

Francia admite que la operación militar que se desarrolla en Libia carece de un mando integrado y que, por ahora consiste en un conjunto de "operaciones coordinadas" llevadas, respectivamente, por los tres países que comandan la operación, esto es, Estados Unidos, Reino Unido y Francia, informa Antonio Jiménez Barca desde Paris.

Francia tiene claro, por otra parte, que la OTAN no debe mandar la operación. Juppé considera que la Alianza Atlántica "deberá intervenirdentro de unos días, pero como apoyo". De la misma opinión fueron los portavoces del Estado Mayor y del Ministerio de la Defensa que ayer hablaron a la prensa: "La OTAN podría dar su apoyo". ¿Dispararía Francia a Muamar el Gadafi si supiera dónde se encuentra? "No, la respuesta es no. La resolución de la ONU ni de lejos ni de cerca prevé esa hipótesis", respondió ayer el portavoz del ministerio de la Defensa, Lauren Teisseire.

Italia, por su parte, reclama a la OTAN más que planificación: quiere que coordine ya las operaciones militares si desea que Roma siga ofreciendo su bases. "La OTAN debe tomar la iniciativa", dijo el ministro Franco Frattini. "Si la OTAN no asume rápidamente la coordinación de las operaciones militares tendremos que plantearnos que Italia asuma la responsabilidad de sus propias bases".

Frente al criterio italiano de que la Alianza asuma la coordinación, la jefa de la diplomacia española, Trinidad Jiménez, dice que "a España le parece bien que la operación se haga en coordinación con la OTAN, no que la OTAN sea la que coordine".

Ante el guirigay, Noruega ha optado por tomar distancia. La participación de sus seis cazas F-16 estacionados en Creta "deberá esperar a nuevas ordenes y haya un sistema de mando, lo que llevará varios días", anunció la ministra de Defensa, Grete Faremo.

Estos desencuentros no deberían impedir hoy a la OTAN hacerse cargo de la operación de embargo de armas, esencialmente naval, pero fuentes diplomáticas no se atreven a vaticinar cuándo habrá un acuerdo sobre la exclusión aérea. Washington, Londres, Roma y otras capitales consideran que la coalición internacional es una estructura de emergencia creada para cumplir con la resolución de la ONU que pasados unos días debe ceder la primacía a la OTAN.

Un F-16 de EE UU despega de la base de Sigonella, en Sicilia.
Un F-16 de EE UU despega de la base de Sigonella, en Sicilia.MARIO LAPORTA (AFP)

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