¿Transparencia salarial?
El control de los bonus de los ejecutivos y la obligatoriedad de que los accionistas voten las retribuciones de sus cúpulas, nuevos pasos en el gobierno corporativo
Transparencia. Eso es lo que persiguen las medidas introducidas en la Ley de Economía Sostenible (LES) sobre las retribuciones de consejeros y altos directivos de las empresas cotizadas en Bolsa y las entidades bancarias.
Con estas medidas que acaban de entrar en vigor se somete a las principales compañías y bancos a que sus juntas generales de accionistas voten el informe de compensación de sus cúpulas dirigentes. Una recomendación del Código Unificado de Buen Gobierno, que está en vigor desde 2007, pero que las entidades no practican demasiado (solo una de cada cinco compañías del Ibex 35 en 2010). Lo mismo que ocurre con el desglose de las retribuciones de los máximos dirigentes de estas empresas, que, lejos de individualizarse, se exhiben en su conjunto, salvo rarísimas excepciones.
Lo mejor valorado de la ley es el aplazamiento del pago del variable
Los consejeros delegados europeos cobran la mitad de bonus que en 2008
La normativa cambia estos dos aspectos del gobierno corporativo. Aunque, según Rafael Barrilero, socio de la consultora Mercer, no es lo suficientemente explícita como para que se pueda pensar que las empresas lo van a tomar a rajatabla. "Exige el reparto de las cuantías de las retribuciones, pero no la individualización. Con lo que veremos cuál es la interpretación que hacen las compañías". A su juicio, "hasta que no exista una cultura de transparencia, como en Reino Unido, las empresas seguirán presentando sus salarios agregados". Barrilero sostiene que, en España, altos ejecutivos y consejeros son muy pudorosos con su intimidad y ven con malos ojos que la gente sepa lo que ganan.
De hecho, Juan Iranzo, que esta semana ha sido nombrado presidente del Club de Consejeros de España, asociación de administradores constituida en 1997, considera que "la información individualizada no aporta un valor añadido relevante". El también director del Instituto de Estudios Económicos, que participó en las comisiones que finalmente llevaron a la aprobación del llamado Código Conthe, defiende que el buen gobierno debe ser voluntario y transparente. "Con las normas que había era suficiente", agrega.
Ambos expertos coinciden en que las principales medidas contenidas en la LES respecto al gobierno corporativo son aquellas vinculadas con los bonus de los ejecutivos de bancos y cajas. Y que siguen las recomendaciones dictadas por la directiva europea de diferir el cobro de los bonus a tres años para evitar que los ejecutivos corran riesgos innecesarios.
En Europa ya está surtiendo efecto en muchas entidades financieras, como refleja un estudio de Mercer que dice que la retribución fija de los directivos ha pasado de representar un porcentaje de la compensación total del 25% de 2008 al 34% de 2010. Justo lo contrario o, mejor dicho, para compensar el descenso del variable y diferir su cobro y evitar así que quienes lo perciben tomen demasiados riesgos a corto plazo.
Y así ha sido, si hace tres años el 40% de los incentivos se cobraba a corto plazo y el 35% restante a largo; en 2010 el reparto es 30% y 37%, respectivamente. "Cuando las compañías ven peligrar sus variables [como ha ocurrido en 2009, año en el que el 60% de los ejecutivos financieros no cobraron su bonus anual], suben los fijos para mantener invariable la compensación total", explica Barrilero.
Europa reduce el peso de los incentivos a corto plazo como consecuencia de la presión de los reguladores. Los bonus anuales de los consejeros delegados, por ejemplo, han pasado de suponer el 39% de su remuneración total al 23% en esos dos años.
Y eso es lo que tiene que suceder también en España, donde, de momento, según Mercer, se nota menos. A partir de ahora, los ejecutivos bancarios percibirán estos emolumentos en dos partes. La primera sería del 50% del montante total y se cobraría en 2012 si correspondiese a los objetivos de este año, y la segunda se recibiría entre los tres años siguientes. Eso sí, en ninguno de los dos tramos el importe del bonus se ingresará en metálico, sino que será mayoritariamente en acciones.
"Debemos exigir de alguna manera ejecutivos que creen valor para la entidad. Lo contrario a la burbuja que han propiciado los bonus a corto plazo de los últimos años, sobre todo en Estados Unidos", sostiene Luis Truchado, socio de la firma de búsqueda de directivos Eurogalenus, quien es partidario de esta fórmula, lo mismo que de las sanciones que anticipa.
Iranzo está de acuerdo con el aplazamiento del cobro de los bonus, con que se vinculen a resultados concretos que se obtengan (excepcionales, como dice Truchado) y con las penalizaciones que incluye la LES, siempre que los resultados que consigan los ejecutivos sean contrarios a los objetivos.
En general, los expertos consultados consideran positivas las medidas introducidas en la ley en pro del buen gobierno corporativo. Cuánto tiempo tardará en conseguir los objetivos que persigue es otro cantar. Aunque lo cierto es que el Código Conthe ha hecho avanzar en la materia a las compañías cotizadas en Bolsa, aún queda mucho camino por recorrer para que España se sitúe entre los países más avanzados en transparencia remunerativa, como Estados Unidos y Reino Unido.
La norma que ahora acaba de entrar en vigor incluye un apartado para promover e incentivar a las empresas, especialmente a las pymes, a seguir prácticas de sostenibilidad. Y para ello el Gobierno anuncia que va a poner a su disposición indicadores para que se autoevalúen en el cumplimiento de transparencia de gestión, compromiso con el medio ambiente y el entorno en que se localiza la empresa, mejora en las relaciones laborales e igualdad, etcétera.
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