'Enganchados' a las farmacias

El martes de la semana pasada a las tres de la tarde, el dependiente de la farmacia Rivera vio entrar un hombre. "Abre la caja y dame el dinero", le soltó. En la mano llevaba una jeringuilla. El trabajador por un momento pensó qué hacer. "¿Y si cojo algo y se lo tiro?", se preguntó. Pero una de las compañeras que estaban en la parte trasera le advirtió: "Son ellos".

Eran dos hombres de origen italiano, Alessandro M., de 29 años, y Massimo A., de 31. En 19 días (entre el 13 de febrero y el 3 de marzo) han asaltado 18 farmacias de Barcelona. Era la segunda vez que atracaban en la Rivera en dos semanas. El sábado anterior, a las ocho de la tarde, uno de ellos entró con una navaja en la mano. "Dijo: 'Las cajas', y mi compañera y yo nos echamos atrás", recordó ayer una de las empleadas.

Los Mossos d'Esquadra les detuvieron el 3 de marzo. Son dos heroinómanos que se han dedicado a saquear las farmacias del centro de la ciudad. En su ruta delictiva, han asaltado cinco boticas en el barrio de Sants, seis en el de Ciutat Vella y siete en el Eixample.

Los cacos se han hecho con un botín de 13.000 euros. Siempre se llevaban dinero. Los Mossos d'Esquadra sospechan que no han tenido tiempo de gastárselo todo en drogas. "Puede que parte esté escondido", explicó ayer en rueda de prensa el inspector Ramón Grasa.

Grasa describió la actividad de los ladrones como "desesperada" y "frenética". En alguna ocasión, llegaron a dar tres golpes en un mismo día. Solían actuar siempre de la misma forma: uno de ellos esperaba en la puerta mientras el compinche entraba en la farmacia y, armado con una navaja, un cúter o una jeringuilla, intimidaba a la persona que se encontrase tras el mostrador.

Tenían predilección por las mujeres y no estudiaban demasiado sus objetivos. Los dos hombres caminaban por la calle viendo el movimiento de cada farmacia y, si una fémina estaba tras el mostrador, atacaban. Aunque también atracaron a hombres. Incluso intentaron asaltar una joyería de la Rambla de Catalunya, sin éxito.

Los Mossos d'Esquadra les detuvieron el pasado 3 de marzo. Un grupo de agentes estaba en las inmediaciones del mercado de Sant Antoni, uno de los puntos de referencia para cometer los atracos. Les identificaron con facilidad porque los hombres robaban a cara descubierta.

"No tienen antecedentes ni en Europa ni en España", indicó ayer Grasa. Ambos llegaron a Barcelona unos días antes de empezar a delinquir. Los agentes desconocen si lo hicieron desde Italia o si estaban ya en algún otro punto de España.

Los dos presuntos ladrones se alojaban en un piso patera de Ciutat Vella, donde compartían techo con personas de varias nacionalidades. Los Mossos encontraron allí las armas que usaban en los golpes.

Entre ellas, las jeringuillas. El dependiente de la farmacia Rivera no se percató durante el atraco de si estaba usada. "Los Mossos me dijeron después que tenía sangre y restos de hepatitis C". Los hombres han ingresado en prisión provisional.