El sultán de Omán reforma el Gobierno para evitar protestas
El sultán de Omán, Qabús bin Said, remodeló ayer su Gabinete cambiando a seis ministros una semana después de la manifestación en la que se pedían reformas políticas, algo poco habitual en Omán, donde los partidos políticos están prohibidos.
El relevo afecta a seis ministerios, en concreto a las carteras de Comercio e Industria, Administración Pública, Educación, Medio Ambiente, Transporte y Turismo. El sultán comunicó que la remodelación se ha realizado por el "interés público" sin dar más detalles al respecto, según informó la agencia ONA.
Entretanto, la presión sigue en la calle. Ayer unos 500 manifestantes rompieron varios semáforos y bloquearon el tráfico en la ciudad de Sohar, situada al norte del golfo de Omán. Muchos de los congregados gritaban "¡queremos que se marchen los ministros corruptos!", "¡queremos trabajo!", "¡queremos democracia!", "¡queremos que el Consejo de la Shura tenga poderes legislativos!". El Consejo de la Shura, cuyos 84 miembros son elegidos por los votantes en 61 distritos, solo es consultivo y no tiene poderes legislativos.
Subida salarial
Según vecinos de la zona donde se han producido los disturbios, la policía no ha intervenido. La gente estuvo durante "muchas horas" y "bloqueó el tráfico", declaró Mohamed Sumri, un residente de Sohar.
El 19 de febrero unas 500 personas exigieron reformas políticas y mejoras salariales en una protesta pacífica en Omán, coincidiendo con los disturbios en otros países de Oriente Medio y África del Norte. A principios de este mes, con el fin de contener el creciente malestar, el sultanato aumentó el salario medio de los trabajadores del sector privado en un 43%, hasta alcanzar los 378 euros al mes. Pese a que se desconocen datos oficiales de desempleo, una estimación de la CIA de 2004 situaba la tasa de paro entonces en un 15%.
El sultán Qabús bin Said, que el pasado año celebró el 40º aniversario de su ascenso al poder y cumple 70, no tiene un heredero conocido. Educado en la Academia Militar británica de Sandhurst, chocó a su vuelta a Omán con el estilo feudal de su padre, que le conminó a una especie de arresto domiciliario. En un golpe de Estado, el joven príncipe, ayudado por los británicos, derrocó a su padre y lo envió al exilio a Londres. Empezó así lo que la propaganda oficial ha bautizado como "renacimiento".
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