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La OLP elimina la oficina de negociación con Israel

Enric González

Las oficinas de la quinta planta del edificio Awad, en la calle Irfal de Ramala, quedarán vacías la semana próxima, con un cartel de "se alquila". Hasta ahora alojaban a la Unidad de Apoyo a la Negociación, dependiente de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Pero la dimisión del jefe de la unidad, Saeb Erekat, y la falta de perspectivas de diálogo con Israel hacen innecesario ese espacio: el equipo negociador se desmantela.

Los negociadores estadounidenses también se disgregan. Uno de los más influyentes, Dan Shapiro, será nombrado embajador en Israel; el jefe, George Mitchell, lleva más de dos meses sin pisar Oriente Próximo y se rumorea su inminente dimisión.

El rotundo fracaso de la última ronda de conversaciones, que no llegó a comenzar siquiera, y la decepción palestina con Barack Obama tras el veto de EE UU a una resolución (redactada con frases del propio Obama y de Hillary Clinton) que condenaba la construcción de asentamientos israelíes en los territorios ocupados, han alejado las perspectivas de diálogo. Y la erupción política en numerosos países árabes anima a los dirigentes palestinos a confiar en otras vías.

Frustración popular

Para hoy se ha convocado en Cisjordania una Jornada de la Ira, inspirada en las manifestaciones de El Cairo que condujeron a la dimisión de Hosni Mubarak. "La primera manifestación con la que los jóvenes expresaron su rabia en Ramala fue reprimida por la policía palestina, pero eso no volverá a suceder", afirma una fuente de la OLP.

La situación en Cisjordania es volátil e impredecible. El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, anunció la convocatoria de elecciones presidenciales y municipales en septiembre, pero la organización islamista Hamás se niega a participar. La división entre Gaza, en manos de Hamás, y Cisjordania, en manos de la OLP, hace improbable la celebración de elecciones. Y acentúa la frustración popular.

En Gaza también se incrementa la tensión bélica. El miércoles fueron disparados dos cohetes desde Gaza, uno de los cuales alcanzó un edificio de viviendas en la ciudad de Bersheba, sin causar víctimas. Era la respuesta a un tiroteo entre soldados israelíes y un comando de Yihad Islámica que causó la muerte de uno de sus miembros y heridas a 10 personas, tres de ellas niños.

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