Fraude fiscal

El fraude fiscal, coloquialmente llamado defraudar a Hacienda, seguramente nació en el mismo momento en que se instituyó el pagar impuestos. La persecución de este delito se intensifica en época de crisis, ya que el Gobierno necesita más dinero. Se nos ha anunciado que la Agencia Tributaria, además de las tarjetas de crédito de los empresarios, controlará el dinero que gastan los parados, ya que si cobran un subsidio de desempleo no pueden tener otros ingresos que no declaren.

Si los subsidios de desempleo permitieran vivir y llegar a final de mes no necesitarían ser complementados y es lo que lleva a esta economía sumergida que ahora con más énfasis perseguirá Hacienda. Mientras tanto, vemos cómo salen a la luz los grandes fraudes cometidos por los propios miembros o exmiembros de Gobierno sin que llegue la cosa a mucho más que un revuelo de unas semanas, y aquí no ha pasado nada. Si no fuera por la economía sumergida que se cifra en un 20% del PIB en un país con cinco millones de parados, sus ciudadanos ya hubieran salido a la calle con piedras y palos.

Mi desacuerdo total con defraudar, pero hay que predicar con el ejemplo. Están practicando aquello de "hagan lo que yo digo, pero no lo que yo hago".