Daños colaterales
Pasado un tiempo prudencial para evaluar la ley antitabaco, quisiera comentar un aspecto que yo calificaría de "daños colaterales". Me refiero a la constatación de que las zonas habilitadas para fumar, normalmente las salidas a la calle de bares o establecimientos en general, se están convirtiendo en auténticos ceniceros cada vez más repletos de colillas por el suelo. En realidad este panorama solo agudiza la situación general de nuestras calles, pues el gesto más habitual de los fumadores es tirar la colilla al suelo, estén por la calle o en el coche, haya o no papelera o cenicero al alcance de la mano. Como supongo que sus casas las mantienen bien limpias y no hacen lo mismo, ¿sería mucho pedir que arrojaran la colilla en el sitio adecuado? Para ello también existen unos ceniceros de bolsillo muy prácticos. Pero me temo que este comportamiento, como otras tantas cosas, es cuestión de educación cívica, y de eso andamos muy escasos.
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