"Ayudar a otros con sus problemas tiene un punto de enganche y colocón"
¿Es usted la prueba de que hay futuro para la 'generación Ni-ni'? Hay que hacerla responsable, si no, ¿quién va a pagar nuestras pensiones? Mi labor no es altruista, sino egoísta.
Esto de ayudar a otros ¿también genera adicción? Sí, tiene un punto de enganche y de colocón.
¿Qué le da miedo? Osho decía: no es más valiente el que no tiene miedo, sino el que es capaz de vencerlo.
¿No le entran ganas de montar un programa de 'coaching' para políticos? Son más competitivos que los deportistas. Se echa en falta más cooperación y menos enfrentamiento. Pero el poder es muy goloso, igual que la droga.
¿Alguna sugerencia de cara a las próximas elecciones? Que a nuestros hijos les enseñen inteligencia emocional, a empatizar con los demás, como asignatura obligatoria desde los diez años.
¿Cómo puede alguien tan rudo como usted sonar a veces tan cursi? Hice terapia de confrontación para salir de las drogas. Y, por un lado, te tienen que meter caña, pero por otro, refuerzo positivo. De ahí ese tono blandengue en ocasiones.
¿Es la tele el nuevo médico de familia? A veces es pura evasión y otras te tiende una mano. Veo mi programa más como una ONG.
¿Y lo hace por pasta o por conciencia social? Empezó por un descontento en el centro terapéutico donde trabajaba. Y ahora resulta que ayudar a ocho o nueve chavales por temporada me abre la puerta a ayudar a otros 200 en centros de reeducación.
El caché también le incentivará Nos ha jodido. Cuando me senté a renegociar me dijeron: "Se te ha subido la tele a la cabeza". Pues no. La medium esa cobra no sé cuánto por una hora de plató. Y yo me paso diez días pegándome con cada chaval de 9 a 21 horas. Calcula. Por horas, cobro menos que un fontanero.
¿Qué hará cuando se le agote la paciencia? Retirarme a escribir cosas de sentido común y alguna novelita.
