Críticas a Mena por su gestión en el cierre de Yamaha

Un centenar de trabajadores de la planta de Palau-solità de Yamaha se concentraron ayer por la tarde a las puertas del Departamento de Trabajo en Barcelona. Protestaban por el cierre de la fábrica que la empresa, pese a que se sabe desde el martes, hasta ayer no confirmó oficialmente. Representantes de la plantilla se reunieron con el consejero Francesc Xavier Mena, al que acusan de haber allanado el camino a la firma para irse.

Mientras la empresa callaba el miércoles, Mena daba detalles del cierre: la compañía, que no admitirá negociaciones, comenzará a trasladar la producción en junio. Ofrecerá a un centenar de empleados trasladarse a Francia y al resto, los intentará recolocar en compañías de Cataluña. Son detalles que ni la propia empresa confirmó ayer.

La diputada de ICV-EUiA en el Parlament Laura Massana criticó que Mena diera por hecho el cierre de la planta antes de que el expediente lo tramitara la autoridad laboral. El diputado de ERC Oriol Amorós le recordó que su obligación "como consejero es batallar para tratar de salvar".

La sociedad se lleva la producción catalana a la fábrica de Francia porque, según un portavoz de la compañía, la empresa quería concentrar en un único punto la producción europea. La planta gala es mucho más grande y puede asumir la producción catalana, mientras que lo contrario es imposible.