gastronomía
Restaurantes secretos... y no tan secretos
Un joven se acerca a dejar una chaqueta a una tintorería barcelonesa. Mientras mira los precios, ve que llega un grupo de amigos. Hablan con el encargado, les toma las huellas, pulsan luego un sensor, y se abre una puerta: no hay vapor de planchas, sino mesas y olor a comida.