La fosa de Corbera no es de la Guerra Civil, según los indicios

Fragmentos de figuritas talladas, candelabros, estaciones de madera del calvario de Jesucristo, un rosario entre huesos... pero ningún casquillo de bala. Aún no se han iniciado las excavaciones de la cripta donde se encontraron restos de al menos siete personas, pero las primeras investigaciones visuales sobre los restos en superficie hallados en una fosa en el interior de la iglesia antigua y en ruinas de Corbera d'Ebre (Terra Alta) descubierta hace apenas tres semanas no parecen responder a una fosa común de la Guerra Civil. Así lo apuntan los dos primeros informes que han llegado a manos del Memorial Democrático, realizados por un historiador y una arqueóloga que contradicen la primera impresión que manifestó el alcalde de la localidad, Sebastià Frixach, cuando se descubrieron los restos. "Todavía no descartamos que los cuerpos procedan de la guerra, debemos inspeccionar el recinto en profundidad", señaló el alcalde, que espera las prospecciones en busca de restos de bala que empezarán la próxima semana. "Si hallamos un solo casquillo, cambiará todo", advierte Frixach.

Los informes sugieren que se trata de una cripta familiar del XIX

"La primera percepción es que es bastante difícil que estos restos sean de la época de la Guerra Civil: por el carácter religioso de las piezas que les rodean, porque en Corbera d'Ebre no consta que hubiera asesinato alguno de este tipo y porque en toda Cataluña y el resto de España no se conoce la existencia de fosas de 1936-1939 dentro de un iglesia entonces activa", apunta en primera instancia Àlex Cervelló, historiador y técnico del Consorcio Memorial de los Espacios de la Batalla del Ebro. En primera instancia, Cervelló se inclina a pensar que se trata de "una cripta donde se enterraba a familias notables hasta el siglo XIX, cuando se prohibió dar sepultura dentro las iglesias; desde entonces, esos hoyos pasaron mayormente a convertirse en el vertedero de las parroquias".

El historiador, que al igual que la arqueóloga no ha excavado la fosa (función que depende en principio del Departamento de Cultura de la Generalitat), aporta otras consideraciones técnicas, como el hecho de que no se haya encontrado "ningún fragmento de cuero perteneciente a cartucheras, correajes o botas de soldados, que suele ser frecuente. Por no haber, no hay ni una bala". ¿Podrían haber sido ejecutados en algún otro sitio y trasladados después allí? "Es improbable que se tomaran la molestia de matar a siete u ocho personas en un sitio y luego los trasladaran a la cripta".

Veterano en estas operaciones, Cervelló ve muchas coincidencias con lo ocurrido hace poco más de año y medio en una iglesia de Gandesa, cuya rehabilitación hizo aflorar la existencia de una decena de criptas. "Las fotos de allí y los restos de Corbera d'Ebre se parecen: la entrada de la cripta, la bóveda cubierta, restos humanos mejor conservados en el centro y más descompuestos en los lados fruto de los últimos entierros...".

La idea del historiador de que "los restos no encajan" con la tesis de que fueran de la Guerra Civil coincide con la expuesta por la arqueóloga de Àtic, la empresa que suele contratar el Memorial Democrático para estas investigaciones. En su informe apunta que todos los indicios conducen a que se trata de un recinto funerario del siglo XIX, si bien recomienda al organismo público que se efectúe actividad arqueológica y se haga un seguimiento del caso hasta la conclusión definitiva. El alcalde admite esa posibilidad, pese a manifestar ciertas dudas por la posición en la que permanecen los restos humanos en la fosa. "Parece evidente que los cuerpos no fueron depositados en la cripta, sino que los arrojaron desde lo alto", señala.