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El cine, el teatro y la música bajan el telón en Italia

Más de 250.000 trabajadores del espectáculo pararon ayer su actividad

El cine-teatro Adriano es una multisala de un barrio acomodado de Roma. Suele abrir por la tarde y cerrar por la mañana. Ayer fue al revés. El candado se echó por la tarde, mientras que en durante el día su escenario fue animado por actores, guionistas, músicos, directores y técnicos. No se habían citado para una nueva gran producción, sino para protestar contra los recortes en el sector de la cultura previstos por la Ley de Presupuestos de 2011.

Roma, y el escenario del Adriano (donde tocaron los Beatles en 1965), fue el epicentro del día de huelga proclamado por los tres sindicatos principales del espectáculo. Pero Italia entera se vio afectada por la protesta. En todo el país callaron las orquestas, las grandes pantallas quedaron a oscuras y los escenarios vacíos. No hubo ensayos, se suspendieron los rodajes: más de 250.000 trabajadores del sector se cruzaron los brazos. Piden la reintegración del Fondo estatal para el espectáculo (FUS), actualmente rebajado a 288 millones de euros para tres años. En 2008, cuando Silvio Berlusconi ganó las elecciones y formó su tercer Gobierno, rozaba los 450.

Protestan contra los recortes previstos por la Ley de Presupuestos de 2011
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Alta tensión en la apertura de La Scala

En Turín, un centenar de manifestantes se sentaron en la calle y bloquearon durante unos minutos la gran arteria de Via Po. En Milán se celebró una asamblea para debatir sobre el tema. Participaron también los directores de dos de los teatros más importantes de la ciudad: Stéphane Lissner de la Scala y Sergio Escobar del refinado Il Piccolo, quien afirmó: "El ataque a la cultura pone en peligro nuestro país de una forma irreversible". El polifacético Toni Servillo, actor de cine (Gomorra, El Divo) y de teatro (La Trilogía de la Villeggiatura), suspendió su espectáculo por una noche.

"No puedo no comprender las razones de la protesta", declaró el ministro de Cultura, Sandro Bondi, "porque plantean cuestiones reales, pese a algunas instrumentalizaciones políticas", dijo prometiendo hacer lo posible para encontrar un acuerdo antes de que acabe el año. El problema es que su colega en el Gobierno, el titular de Economía Giulio Tremonti, no está por la labor. La Ley de Presupuestos usa las tijeras a todo trapo y tiene que estar cerrada del todo antes del voto de confianza a Berlusconi, el 14 de diciembre.

El director Ettore Scola justificó su adhesión a la huelga hablando de "cinecidio", es decir, "un asesinato premeditado del cine por parte del Gobierno". "Nos quedan muy pocas opciones", dijo desde el escenario del Adriano el actor Ennio Fantastichini, "este ejecutivo ha decidido matar la cultura, mientras encuentra dinero para ceremonias institucionales", espetó en referencia a la faraónica acogida que Berlusconi brindó al líder libio, Gaddafi. Mientras, los cineastas protestaban contra Sergio Abete, el presidente de Cinecittà, que ha dado luz verde a inversores privados para realizar en los legendarios estudios un gran proyecto de parque temático.

El cine Adriano de Roma, ayer. En la claqueta: "Paremos el cemento de Abete o este será el último clac".
El cine Adriano de Roma, ayer. En la claqueta: "Paremos el cemento de Abete o este será el último clac".ANSA
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