Montilla afronta el 'cara a cara' con Mas como su última oportunidad

Casi es el último cartucho. Las encuestas vaticinan una arrolladora victoria de Artur Mas y el socialista José Montilla afronta el debate cara a cara de TV-3 de hoy, si la Junta Electoral no lo impide, como la última oportunidad de mitigar la magnitud de la derrota que apuntan las encuestas. A la espera de dar con los 300.000 votantes que los sondeos dicen que ha perdido respecto a 2006, Montilla tiró el domingo en el debate a seis de un golpe de efecto en el debate con Mas que se perdió en el limbo de la precampaña porque ninguna de las dos partes puso demasiado interés en celebrarlo.

El órdago estuvo a punto -al menos dio esa impresión- de salirle mal porque Mas, seguro y puesto en su papel, lo cogió al vuelo y propuso hacer el debate de forma inmediata. El rifirrafe entre ambos, que ya no se vio en directo, coronó un debate que tuvo un in crescendo operístico que dejó a los espectadores en medio del suspense y al resto de candidatos muy enojados. Alicia Sánchez-Camacho (PP), Joan Puigcercós (ERC) y Albert Rivera (Ciutadans) impugnaron ayer el cara a cara ante la Junta Electoral Provincial porque incumple la normativa de anunciar con cinco días de antelación la celebración de un debate y porque se debería de compensar a los partidos pequeños. Sin embargo, un auto del Tribunal Supremo rechazó en 2008 la petición de CiU y PNV de solicitar la suspensión cautelar de un debate entre Zapatero y Rajoy.

"No me examino de un concurso de oratoria", dice en Granollers Montilla

Golpeados por las encuestas, los socialistas se mostraron ayer entusiasmados con el primer cara a cara electoral que se celebra en Cataluña a diferencia de lo que sucedió en el resto de España con los duelos González-Aznar y Zapatero-Rajoy. "En 30 años es la primera vez que pasará porque yo lo he propuesto y él no tuvo más remedio que aceptar. No me examino de un concurso de oratoria: me presento para ser vuestro presidente", exclamó Montilla en un mitin en Granollers. Mas tiene otra visión de las cosas: que el PSC, pese a las disculpas, abandonó las negociaciones para hacer un debate en catalán después de que Felip Puig considerara un insulto a la inteligencia un cara a cara en castellano.El cara a cara debate ha alterado la agenda de dos candidatos: Montilla no estará en el mitin de Tortosa ni Mas en el de Lleida. Pese a la euforia que mostraban los convergentes el domingo, el debate ha animado especialmente a los socialistas porque piensan que tienen mucho que ganar y nada que perder. El viceprimer secretario, Miquel Iceta, se muestra entusiasmado ante el primer cara a cara de la historia y confía en que sirva para "bipolarizar" los mensajes porque en el debate a seis las propuestas quedan diluidas. El jefe de la campaña del PSC, Jaume Collboni, espera que sirva para "hacer pedagogía" y para explicar con detalle sus propuestas. Y apretar a Mas para que aclare las suyas, que califican de ambiguas en capítulos como el concierto, el soberanismo, el contrato para jóvenes ni-ni y la reducción de impuestos. Sobre el caso Palau, con el que ayer Montilla fue duro, exigirán una vez más "explicaciones" al candidato de CiU porque saben que el tema le incomoda.

A estas alturas de la campaña, CiU no muestra un entusiasmo inusitado con el duelo porque ya cuenta con unos sondeos magníficos y corre el riesgo de sufrir un desliz. Pero tras dar una imagen sobria y segura el domingo, los convergentes creen que Mas desarbolará con relativa facilidad a su rival. Su intención es no dar una sensación de superioridad y poca humildad frente a Montilla como en 2006 y no perder el temple en casos como el del Palau. Pero su vídeo de campaña no por nada habla de que ha aprendido de sus errores y difícilmente caerá en alguna trampa.