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El adiós al gran referente del cine español
Columna
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Asignatura obligatoria en los colegios

Se ha ido un gigante del cine español, probablemente junto a Buñuel el director más importante y trascendente que ha dado este país, y creo que es el mejor momento para pedirlo: quisiera que las generaciones venideras estuvieran familiarizadas con su obra.

Es genial que para conseguir su titulación los estudiantes tengan que conocer la obra de Cervantes y Quevedo, que deban examinarse sobre La colmena, aunque muchos hagan trampa y vean la película en vez de leer la novela, que sea obligado saber de qué va el Lazarillo de Tormes, y por supuesto, distinguir la generación del 98 de la quinta del Buitre. Pero creo que sería un crimen dejar que nuestros estudiantes acabaran sus estudios sin ver El verdugo como parte fundamental de la historia del cine de nuestro país, como obra maestra del séptimo arte. Igual que tras leer por obligación El árbol de la ciencia me encontré totalmente motivado para profundizar en la obra de Baroja, sé que tras ver El verdugo, los estudiantes buscarán más Berlanga y entonces caerán Plácido, ¡Bienvenido, míster Marshall!, Los jueves, milagro... El humor negro, la retranca, la chufla, la chapuza, la coña, lo berlanguiano, todo lo que da forma a esas obras de arte únicas e irrepetibles, estoy convencido de que calarán en los corazones de los jóvenes en busca de formación.

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Luis y sus actores de reparto

Lo del extranjero ya es un tema aparte. Igual que Fellini o Truffaut alcanzaron merecidamente un lugar en el Olimpo del cine mundial, cuando se habla del cine español fuera aparecen nombres de directores mediocres muy inferiores a Berlanga antes que el de él. Ellos se lo pierden. Es nuestro tesoro y los cinéfilos de pro que lo descubren lo ponen para siempre en su altar particular. Pero que aquí no le demos la importancia que tiene, que no nos preocupemos de que sus películas lleguen a nuestros herederos, eso sí sería un delito grave y un atentado a nuestro patrimonio cultural que no nos podemos permitir. Ver cine debería ser parte fundamental de los nuevos planes de estudio, y si algún día se consigue que el cine de Luis sea una asignatura, Azcona y él se descojonarán desde algún sitio, y probablemente ese día no falte nadie a clase.

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