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Reportaje:

Se vende canal de televisión ecuatoriano

El Gobierno de Rafael Correa promueve entre los emigrantes la compra de acciones de 15 compañías expropiadas en 2008 a "empresarios corruptos"

Con un powerpoint y el retrato del presidente Rafael Correa pendiendo de la pared ocre, el economista ecuatoriano Pedro Delgado explicaba el miércoles a compatriotas suyos en Madrid cómo pueden convertirse dentro de poco en accionistas de las compañías incautadas por el Gobierno de aquel país a "empresarios corruptos" en 2008. "Allá carecemos de una cultura bursátil", reconocía. "La gente tiene que entender que se puede ahorrar con solo poseer un título o una acción. Cuantos más de ustedes compren, mejor, porque así Ecuador avanzará más rápido en la construcción de una sociedad de propietarios que devuelva la confianza en nuestro país".

Delgado es el emisario de Correa para recorrer los países con fornida representación ecuatoriana y promover lo que su Gobierno llama "subasta": la venta del 30% de cada una de las 15 compañías y de decenas de bienes inmuebles expropiados hace dos años. Casi todas estas propiedades son (eran) de Roberto Isaías, un turbio empresario guayaquileño prófugo de la justicia. El fideicomiso que preside Delgado (la Agencia de Garantías de Depósitos No Más Impunidad) calcula que se recaudarán unos 140 millones de dólares (más de 100 millones de euros).

La oferta llega al 30% del valor de esas empresas: más de 100 millones de euros
Los asistentes desconocían cómo podían hacerse con esas acciones

Como todas esas posesiones están en Ecuador, el Ejecutivo de Correa quiere que los compradores sean también ecuatorianos. Y muchos de los presentes en la sede de la Secretaría Nacional del Migrante (Senami), cerca de Atocha, se mostraron inicialmente perplejos ante la lista de bienes que Delgado dictaba: pisos en la costa, azucareras como la gigantesca Ecudos (tasada en 250 millones de dólares y de la que se oferta el 30%), concesionarias como Automotores Continental, funerarias como Camposanto Monteolivo, petroleras como Pacifil Oil e incluso varios medios de comunicación (como TC Televisión o Gama TV). "Tome lo que desee", aclaró Delgado a un indeciso: "Mil, veinte mil dólares, lo que usted quiera invertir".

Delgado estuvo el martes en Nueva York, el miércoles en Madrid y el jueves en Milán informando a los suyos. Tres países (EE UU, Italia y España) donde residen casi tres millones de ecuatorianos (25% de la población total de Ecuador). La mayoría abandonó el país centroamericano tras el huracán financiero de 1999. "Yo mismo tuve que partir", reveló Delgado, que vivió varios años en Nueva York.

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El miércoles pasado compareció acompañado del embajador en España Galo Chiriboga. "El año pasado, en plena crisis mundial, Ecuador todavía recibió 1.700 millones de dólares en calidad de remesas", apuntó Chiriboga, quien resolvió: "Esta es la mejor manera de saldar nuestra deuda con los que marcharon".

La idea de Rafael Correa, un presidente marcadamente de izquierdas, es que ese 30% no sea absorbido por ecuatorianos ricos, sino por los "trabajadores [de las compañías subastadas], los pequeños inversores y las comunidades". Las decenas de interesados que el miércoles se acercaron corresponderían al segundo grupo, también conocido en Europa como clase media. O al menos esa era la impresión que desprendía la sala. "Miren", ilustró Delgado, "aquí nadie llegará con 200 millones y se apropiará de una de estas empresas". "Óigame", intervino una señora, "si yo quiero comprar una acción, ¿qué tengo que hacer?". La pregunta se escuchó repetidas veces.

El 70% restante (unos 500 millones de dólares) se liquidará, esta vez sí, a través de una verdadera subasta. Esta es otra de las razones esgrimidas por Pedro Delgado para animar a los pequeños consumidores a comprar: "La dinámica de la subasta implicará que las empresas se vendan por encima del precio que nosotros fijemos. Eso les beneficiará a ustedes, porque se convertirán en accionistas minoritarios de sociedades revalorizadas".

Madrid cuenta con casi 300.000 ecuatorianos, la mitad de los que viven en España. La tardía convocatoria prendió, y la sede de la Senami anocheció llena. Casi nadie entendía cómo se desarrollaría el acto, si unos y otros tendrían que pujar a mano alzada, si se pelearían durante unas horas por las migajas de un "empresario corrupto". "Yo he venido a ver si se me puede facilitar un crédito", confiaba un asistente.

Al final quedó claro que para aspirar a un título hay que entrar primero en la web del fideicomiso (http://www.stf.gov.ec/) y cumplimentar varios formularios, amén de apoquinar el dinero. La venta concluye en enero. Y traspasando esas empresas, Rafael Correa se quita el sambenito de parecerse a Hugo Chávez por incluir entre las sociedades expropiadas a medios de comunicación.

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