Turistas hasta el último minuto
La Sagrada Familia apuró hasta el mediodía la entrada de visitantes - Cientos de personas contemplaron los preparativos de la ceremonia de hoy
Hasta el último minuto. Las habituales colas de turistas que rodean el templo de la Sagrada Familia se repitieron ayer en medio de un enjambre de preparativos y del sonido de los ensayos de la ceremonia. "Acaban de llamar de la Conferencia Episcopal y han ordenado que se cierre el templo, que no entren más visitas", explicaba una empleada de la Sagrada Familia a la una del mediodía. En principio, el patronato tenía previsto cerrar a las dos. Alguien debió de decidir que era apurar mucho y que quedaban muchas cosas que controlar y que no era fácil hacerlo con cientos de personas deambulando por el templo expiatorio.
A los que estaban en la cola esperando, lo que les preocupaba era poder entrar mañana. ¿Y después del Papa?, inquirían los que mañana se van de Barcelona.
Los ensayos se convirtieron en la principal atracción de las visitas
Judy, Danny e Irene son tres turistas norteamericanos (de Texas) que llegaron a Barcelona el viernes y se van hoy. Cuando planearon el viaje, desconocían que ese fin de semana iba a coincidir con la llegada del Papa para la dedicación del templo. De religión judía, contemplaban con cara de sorpresa todos los preparativos en el altar. "El Papa hablará en catalán y castellano, además de en latín", les explicaba la guía. A la información habitual sobre la obra de Gaudí y su construcción, añadía apuntes de la ceremonia de hoy: "Esa puerta -señalando desde la nave central el acceso de la calle de Mallorca- se abrirá por primera vez para que entre el Papa y allí arriba se situará una de las corales".
Las explicaciones guiadas siguen al pie de la letra la planificación de la Sagrada Familia que ha realizado el patronato. De ahí que en un momento de la visita se explique que el edificio de viviendas de la calle de Mallorca "será derribado" para continuar con la plaza que ideó Gaudí. La afirmación causó cierta sorpresa a los turistas norteamericanos.
No eran los únicos que no tenían ni idea del especial día en que hacían la visita. Otros, por el contrario, la tenían planificada para coincidir con el Papa. Se trata de una familia que procedía de Milán. "Queríamos visitar Barcelona y la Sagrada Familia hace tiempo y cuando supimos que venía el Papa hicimos la reserva del viaje", explicaba Giuseppe. Estaban sorprendidos por el templo. "Es muy espectacular pero no tiene el aire místico que se espera de una iglesia", añadía.
En realidad, muchos de los turistas que visitaron ayer el templo no pudieron ver todos los puntos de interés. La cripta, por ejemplo, no era accesible. Subir a las torres, tampoco. Los turistas se vieron compensados, de alguna manera, por la espectacularidad de las tomas de las cámaras de televisión que ensayaban la ceremonia. Sobre todo, las cenitales, con unas tomas a toda velocidad a lo largo de la nave central. Y por las entradas y salidas de sacerdotes ensayando la liturgia -incomprensible para muchos de ellos- y alguna imagen chocante, como la del Cristo en la cruz encima del altar y tapado con una sábana que se retirará hoy.
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