Las estrecheces del Ayuntamiento llegan al Tercer Mundo
La supresión de subvenciones impide mantener sus proyectos a varias ONG
Trece millones de euros. Esa es la cantidad que el Ayuntamiento de Madrid prometió a las ONG de ayuda al desarrollo para este año. Pero la ha suprimido como consecuencia de la crisis. El PSOE criticó ayer en el pleno esta medida, anunciada en el mes de mayo por el alcalde, y unió sus protestas al retraso en la convocatoria de subvenciones que, por valor de 1.175.000 euros, se conceden a organizaciones que desarrollan proyectos de promoción de la igualdad y el empleo en la capital, y que, a estas alturas de año, todavía no se han publicado.
La supresión o el retraso en estas ayudas coloca a las organizaciones que las reciben en serios apuros, en ocasiones insalvables, para continuar con su labor. Así lo denunció ayer la Federación de ONG de Desarrollo de la Comunidad de Madrid, que organizó una manifestación a las puertas del edificio de la plaza de la Villa.
Tampoco se han convocado ayudas a organizaciones pro igualdad
Estas partidas no son obligatorias, defiende la concejal responsable
Prosalus es una de las organizaciones no gubernamentales afectadas por la supresión de las ayudas. Con el dinero que hasta ahora recibía del Ayuntamiento, desarrollaba dos proyectos en el norte de Perú de seguridad alimentaria con distintos enfoques, desde la construcción de sistemas de riego a la mejora de la productividad en la agricultura y la ganadería o la introducción de cultivos alternativos a los habituales. "Prefiero llamarlos dos procesos en el tiempo, más que proyectos, porque la estrategia es a largo plazo", señala Bárbara Pozo, coordinadora del Departamento de Cooperación. Empezaron en 2006 y 2007, pero la decisión del Ayuntamiento de suprimir las ayudas este año y el que viene puede echar por tierra todo lo realizado hasta ahora.
Prosalus venía recibiendo unos 150.000 euros al año del Consistorio. Con ese dinero ayudaba a unas 700 familias en cada proyecto. "Recibimos también ayuda de la Agencia Española para la Cooperación Internacional, Castilla-La Mancha, la Comunidad de Madrid, el Gobierno vasco... Todos han bajado el porcentaje de lo que hasta ahora nos daban, pero lo del Ayuntamiento de Madrid es una cosa extraordinaria, porque elimina la cooperación", cuenta Bárbara Pozo, y se lamenta de que se va a limitar mucho la eficacia que puedan tener los proyectos entre las familias peruanas. El objetivo en mente era reducir el nivel de desnutrición. "Ya sabemos que sin ese dinero no lo vamos a poder conseguir, así de sencillo", afirma Pozo.
Ingeniería sin Fronteras, otra de las ONG que se ha quedado sin subvención, trabaja en Tanzania desde hace más de 15 años en proyectos hidrosanitarios, abasteciendo de agua y saneamiento a personas de poblaciones rurales. Ya ha ayudado a unas 170.000 personas. "El compromiso del Ayuntamiento era financiarnos en un proyecto de cuatro años que ahora ha abandonado", cuenta María del Mar Rivero, directora de Proyectos de la organización. "No tenemos asegurado que podamos concluir el sistema de agua que estábamos construyendo". La ayuda principal llega en este caso de la Unión Europea, pero el Consistorio contribuía con entre 200.000 y 300.000 euros al año. "Intentaremos buscar los fondos que nos niega el Ayuntamiento donde sea, pero nos dejan en una situación crítica", dice Rivero, que no se ahorra el calificativo: "Es vergonzoso".
Más cerca de casa se desarrolla la labor de la organización Nosotras Mismas-Chamberí, que también se mantiene con otra partida presupuestaria que el Gobierno municipal concede cada año para proyectos de promoción de la igualdad y el empleo, pero que a estas alturas aún no ha convocado. "Tratamos con mujeres que muestran señas de maltrato de género que nos mandan los servicios sociales y los centros médicos", cuenta la secretaria de la asociación, Julia Palacios. Y se barrunta lo peor: "No sabemos si vamos a poder continuar el año que viene".
En 2009, el Ayuntamiento les concedió 20.000 euros (que cobraron en julio de este año). La sede, en la calle de Santa Engracia, cuenta con dos psicólogas, una administrativa y varias personas que imparten talleres de yoga, literatura, canto... Ocho sueldos en total, más el alquiler por el local. "Intentamos sacar el dinero de debajo de las piedras, pero si no recibimos la ayuda tendremos que suprimir servicios". La organización trató el año pasado a 370 mujeres en terapia individual y 60 más en terapia de grupo. "El Ayuntamiento no tiene ninguna sensibilidad ante los temas de las mujeres", resume Palacios.
La concejal de Familia y Servicios Sociales, Concepción Dancausa, dijo ayer durante el pleno que no hay obligación legal de conceder este tipo de ayudas. "Es una competencia del Gobierno central", aseguró.
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