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Luto en Argentina

Argentina se funde en el abrazo a Kirchner

Decenas de miles de ciudadanos desfilan ante el féretro en la Casa Rosada - Los principales líderes latinoamericanos rinden homenaje al ex presidente

La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, presidió ayer, en el Salón de Patriotas Latinoamericanos de la Casa Rosada, el homenaje popular que decenas de miles de personas rindieron a su esposo, Néstor Kirchner, fallecido de un infarto masivo el miércoles, a los 60 años. La presidenta, de luto y con unas grandes gafas negras, estuvo acompañada por sus hijos, Máximo y Florencia, y aguantó a pie firme varias horas, con aspecto agotado, pero serena y firme. Los restos mortales de Kirchner recibirán sepultura mañana en su localidad natal, Río Gallegos, al sur del país, en una ceremonia privada.

Dirigentes opositores, o incluso el cardenal Bergoglio, con el que Kirchner tuvo repetidos enfrentamientos, se unieron al duelo institucional, con declaraciones de apoyo a la presidenta y reconocimiento al importante papel político desempeñado por Néstor Kirchner en la salida de la crisis de 2001-2002. La presidenta rechazó, sin embargo, el ofrecimiento del Parlamento de que la capilla ardiente se instalara en su salón de los Pasos Perdidos, como ocurrió con otras personalidades, pero donde muy probablemente habría tenido que codearse con Julio Cobos, vicepresidente y titular del Senado, con quien tiene rotas las relaciones. Se optó pues por el más pequeño espacio de la Casa Rosada. Allí estuvo continuamente acompañada por ministros, familiares y amigos, así como, durante la mañana, por los presidentes de Ecuador, Rafael Correa; Bolivia, Evo Morales, y Uruguay, José Mujica. El presidente chileno, Sebastián Piñera, en las antípodas políticas de Kirchner, hizo un elogio a su importancia para el conjunto de América Latina y se mostró continuamente atento con la presidenta. Se esperaba también la llegada del presidente de Brasil, Lula da Silva, que interrumpe por unas horas la campaña electoral, el venezolano, Hugo Chávez, y el colombiano, Juan Manuel Santos.

Cristina Fernández aguantó horas de pie. Agotada, pero serena y firme
Jefes opositores, sindicalistas y Abuelas de Mayo se unieron al duelo

Entre las personas que se pudieron acercar a dar el pésame a la presidenta figuró la representante de las Abuelas de Mayo, Estela de Carlotto, con quien Cristina Fernández se fundió en un abrazo visiblemente emocionado. También pudo saludarla el futbolista Diego Armando Maradona, que abrazó a Cristina Fernández y dijo que Néstor Kirchner había sido "un gladiador". La presidenta saludó, por el contrario, con visible frialdad al secretario general de la CGT, Hugo Moyano, con quien algunas informaciones aseguran que Néstor Kirchner mantuvo una fuerte discusión el día antes de fallecer.

En la calle, en la plaza de Mayo y vías próximas, decenas de miles de argentinos se instalaron en disciplinadas y largas filas para dar su último adiós al ex presidente. Ante el féretro cerrado y la figura emocionada de su esposa, los que iban entrando depositaban una flor, rezaban una oración o lanzaban algún grito como "Néstor, Néstor". Los más oídos fueron, sin embargo, los de apoyo y cariño a la presidenta. "Fuerza, Cristina", se convirtió casi en el símbolo de la jornada.

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En sentido contrario, en la plaza se oyeron muchos gritos en contra del vicepresidente, Julio Cobos, considerado como un traidor por muchos militantes kirchneristas. Ni Cobos ni el dirigente peronista Eduardo Duhalde se acercaron a la Casa Rosada, aunque anunciaron que habían enviado su pésame a la presidenta por otros medios. También se oyeron muchos gritos contra Clarín, el grupo de comunicación contra el que Kirchner desencadenó una auténtica guerra.

Entre las miles de personas congregadas que hicieron pacientemente cola durante muchas horas y que continuaban esperando al acabar el día, fue muy apreciable la cantidad de chicos y chicas jóvenes, con banderas y pequeñas ofrendas, que elogiaban la figura del político fallecido.

"Kirchner fue presidente durante cuatro años y en tan corto tiempo produjo una revolución social y política. Por eso estoy aquí", comentaba Marcelo, docente de 45 años del suburbio más popular de Buenos Aires, La Matanza. "Queremos que siga este proyecto y decirle a Cristina que estamos con ella", añadió. ¿Está obligada a presentarse a la reelección para garantizar la supervivencia del krichnerismo? "Nadie puede obligarla, por supuesto, pero confiamos en que así sea". A su lado, Sebastián intervino para decir que la elección del candidato peronista debe ser resuelta dentro del Partido Justicialista y que Cristina puede ser una candidata más.

En la misma cola, Fiorella, una estudiante de Derecho de 22 años, que había hecho 50 kilómetros para llegar a la Plaza de Mayo desde la ciudad de La Plata, aseguraba que Néstor Kirchner había sido "uno de los más grandes presidentes de Argentina". En un grupo que había alquilado un autobús desde Córdoba (700 kilómetros al oeste de Buenos Aires), Rosa, ama de casa de 58 años, vestida con una camiseta con la cara de Evita Perón, afirmaba que "Néstor se hizo querer por el pueblo". A esa hora (cinco de la tarde, diez de la noche peninsular) la cola alcanzaba todavía 25 manzanas y continuaba llegando gente. En teoría la capilla ardiente se cerrará mañana a las diez de la mañana, para permitir que los restos se trasladen a Río Gallegos.

[A las condolencias se unió ayer el juez Baltasar Garzón, informa Julio Martínez Lázaro. "La muerte de Kirchner supone una pérdida muy importante para Argentina y América Latina", dijo Garzón. "Con una decisión preclara apostó por la Justicia, contra la impunidad de los crímenes contra la humanidad de la dictadura. Su apoyo a las víctimas ha resultado clave"].

La multitud engulle al peronismo

El secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), Hugo Moyano, había convocado a sus militantes para que acudieran a las doce de la mañana a la Plaza de Mayo, como una demostración de su fuerza y una especie de reclamo de protagonismo cara a las futuras primarias peronistas. Sin embargo, en la plaza había ya tanta gente que los sindicalistas, que se distinguían por sus camisetas verdes, quedaron ocultos entre la multitud. A la llegada de sus columnas, se les abrió paso hasta uno de los monumentos de la plaza, donde suelen congregarse, pero poco después ya estaban engullidos por las decenas de miles de personas que empujaban para acceder a las colas organizadas.

Moyano, que preside desde hace pocos meses el Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires, viene reclamando protagonismo político y participación en las decisiones políticas que se adopten cara a las presidenciales de 2011. Néstor Kirchner, con quien mantenía buenas relaciones, hizo sin embargo frente a estas pretensiones en varias ocasiones. El último acto multitudinario al que acudió fue una concentración de la CGT celebrada en el estadio del River Plate, en la que Moyano planteó que ya era hora de que un trabajador llegara a la presidencia de la República. Cristina Fernández, micrófono en mano, le replicó rápida y entre las risas de su esposo: "Yo llevo trabajando desde los 18 años, compañero".

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