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Cuba se resiste a normalizar las relaciones con la UE

No habrá relaciones "normales" entra Cuba y la Unión Europea mientras Bruselas no revoque definitivamente la posición común. Punto. Así de rotundo fue el canciller cubano, Bruno Rodríguez, al referirse a la decisión adoptada el lunes por los Veintisiete de "explorar vías" para un acercamiento con La Habana, pero sin eliminar la mentada posición común, que condiciona las relaciones con las autoridades cubanas a la mejora de la situación de los derechos humanos y la democratización del país.

"No le reconocemos autoridad moral ni política alguna para criticar en materia de derechos humanos", sentenció Rodríguez al intervenir el martes ante la Asamblea General de la ONU, donde se aprobó una condena a la política de embargo norteamericano contra la isla por 187 votos a favor y dos en contra.

La UE votó a favor de la resolución contra EE UU presentada por Cuba, pero al fundamentar su voto criticó a la isla por la violación de los derechos humanos. "Haría mejor en ocuparse de su brutal política antiinmigrantes, de la deportación de minorías, de la violenta represión contra los manifestantes y de la creciente exclusión social de sus desempleados", respondió Rodríguez.

Crítica a la Eurocámara

El canciller mostró su escepticismo ante el cambio de política impulsado por el Gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero en el seno de la UE. "Ahora se dice que la llamada posición común quedó superada. Ya veremos, los hechos dirán... Pero la Unión Europea sueña si cree que podrá normalizar las relaciones con Cuba, existiendo la posición común".

Rodríguez también se mostró sumamente crítico con el Premio Sájarov concedido la semana pasada por el Parlamento Europeo al opositor Guillermo Fariñas, que entre febrero y julio realizó una huelga de hambre en demanda de la excarcelación de un grupo de presos políticos. Según Rodríguez, Fariñas es un "agente pagado por el Gobierno de Estados Unidos".

Por su lado, la ministra de Asuntos Exteriores de España, Trinidad Jiménez, que el lunes defendió la necesidad de que la UE envíe a Cuba una señal para afianzar las reformas, ha considerado "normal" la respuesta de La Habana. "Es normal que exprese una cierta cautela, como cautela también ha expresado la propia UE. Hay que saber leer las declaraciones en su justa medida", dijo Jiménez.

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