Cómo evitar recortes

Ni entro ni salgo en el sueldo de Cospedal y del resto de los dirigentes del PP, pero cuando son ellos los que proponen que para subir un 1% a los pensionistas habría que reducir todavía más la ayuda al desarrollo, que ya ha recibido un recorte enorme, me llevan los demonios. La ayuda al desarrollo es el cólera en Haití, inundaciones, terremotos, hambrunas en medio mundo, y una España en la que cada vez más familias se alimentan de lo que tiran los supermercados. Pero para los dirigentes del PP, con sueldos inimaginables, la solución es que sean aquellos los que vean reducida todavía más la poquísima ayuda que reciben.- María Victoria Antón Nárdiz. Madrid.

Nos dicen que los recortes en el Estado de bienestar son inevitables. Aquí propongo unas cuantas medidas que podrían evitarlo, o al menos reducirlo.

A nivel nacional: contratación de más inspectores de Hacienda para luchar decididamente contra la evasión de impuestos; eliminar por ley los gastos en publicidad de autobombo que Ayuntamientos, comunidades autónomas y Gobierno central gastan a mansalva; reducción real de cargos a dedo, coches y celebraciones oficiales; recuperar el impuesto de patrimonio; replantearse la fiscalización de las Sicav; reducir las aportaciones a los partidos políticos, Iglesia y sindicatos; analizar y evitar las posibles duplicidades en servicios por parte de las distintas Administraciones.

A nivel internacional: el dinero público dado a las entidades financieras en apuros debería ser devuelto a los ciudadanos, con intereses; eliminar los paraísos fiscales (donde además, hay dinero procedente del tráfico de armas, drogas...); control del movimiento de capitales evitando esos casos "legales", como el que comentaron sobre Google en su periódico, en los que se ahorran millones de euros en impuestos; limitación de sueldos de los altos cargos financieros... ¿Quién tiene realmente el poder? ¿Por qué ningún político en el mundo, sea de la ideología que sea, promueve esas medidas? ¿Sería necesario que nos expriman a los ciudadanos si aplicásemos estas y otras medidas.

Francisco Martín Sánchez. Madrid