El Ejército británico elaboró manuales de torturas para Irak
Los métodos incluyen la asfixia, humillación, desorientación y agotamiento
Varios manuales del Ejército británico sobre cómo interrogar a prisioneros, a los que ha accedido el diario The Guardian, recomiendan el uso de técnicas contrarias a la Convención de Ginebra de 1949 relativa a la protección de civiles en tiempos de guerra. Todos los manuales son posteriores a la polémica muerte en 2003 del iraquí Baha Musa cuando estaba siendo interrogado en una base británica en Basora, que aún está siendo investigada.
El material sostiene que los interrogatorios deben tener como objetivo provocar humillación, inseguridad, desorientación, agotamiento, ansiedad y miedo en los prisioneros que están siendo interrogados. Y sugiere que se les venden los ojos, se les tapen los oídos y se les aten las manos para presionarles. Aunque explica que tienen derecho a dormir ocho horas de cada 24, sugiere que no se les permita dormir más de cuatro horas consecutivas y que se les amenace con mantenerlos incomunicados si no responden a las preguntas.
Los textos fueron elaborados tras la muerte de un iraquí en Basora en 2003
Una presentación electrónica de 2005 enfatiza la importancia de que los prisioneros sean desnudados antes de empezar los interrogatorios. "Desnudadlos. Y mantenedlos desnudos si no siguen las instrucciones", especifica. Otro documento recomienda que los prisioneros se sientan "condicionados" y que se les presione con técnicas como un interrogatorio en forma de acoso, gritándole al prisionero muy cerca de la cara, con insultos y amenazas para provocar "ansiedad y miedo". Recomienda que, una vez desnudado, el prisionero sea cacheado debajo del prepucio y que se le separen las nalgas, no para ver si esconde algo, sino para condicionarle psicológicamente.
Otra sección se denomina "asfixia posicional: signos y síntomas". Se cree que Baha Musa murió de asfixia posicional, también llamada asfixia postural, que sobreviene cuando una persona no puede respirar adecuadamente debido a su posición. La muerte recientemente de un ciudadano angoleño que iba a ser deportado desde el aeropuerto de Heathrow se cree que se debió también a asfixia postural debido a la posición que le obligaron a adoptar los dos guardias de seguridad que le custodiaban. La Convención de Ginebra prohíbe cualquier coacción física o moral, en particular si esta se emplea con el objetivo de conseguir información.
Preguntado por el diario The Guardian acerca de ese material, el Ministerio de Defensa británico ha declarado: "La investigación sobre Baha Musa está examinando en detalle las actuales prácticas de detención del Ministerio de Defensa, incluyendo la instrucción en interrogatorio táctico, y el Ministerio de Defensa ha prestado testimonio a ese respecto. Sería poco adecuado por nuestra parte hacer más comentarios al margen de ese foro. Estamos comprometidos a aprender todas las lecciones posibles de esa investigación y le damos nuestro máximo apoyo".
La muerte de Baha Musa no es el único episodio polémico sobre posibles abusos del Ejército británico contra civiles iraquíes durante y tras la invasión. Nuevos casos han salido a la luz pública este fin de semana tras la publicación en la página web Wikileaks de casi 400.000 documentos secretos del Ejército de Estados Unidos sobre la guerra de Irak, algunos de los cuales cuestionan la actuación de tropas británicas.
Pero algunos casos ya han llegado a los juzgados. El mes que viene se plantearán en el Tribunal Superior de Londres los casos de un centenar largo de iraquíes interrogados por las fuerzas británicas en Irak entre marzo de 2003 y abril de 2007. Esos casos, defendidos por el abogado de Birmingham Phil Shiner, incluyen 59 supuestos casos de detenidos encapuchados, 11 que han sufrido electrochoques, 52 que denuncian privación de sueño, 122 que alegan privación de sonido por el uso de orejeras, 131 de privación de la visión mediante gafas negras, 39 casos de desnudez forzosa y 18 casos de detenidos que alegan que fueron obligados a mantenerse despiertos con vídeos pornográficos. En una audiencia preliminar el juez declaró que Defensa parece haber aceptado que se trata de "un asunto sistémico".
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