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Reportaje:Las letras como tesoro cultural

La Mancha, otro puerto del Atlántico

Personalidades del mundo de la política, la edición y la cultura se reúnen en el Museo de Santa Cruz de Toledo para acompañar a los premiados

Miguel de Cervantes nunca consiguió embarcarse hacia América, lo recordó en Toledo Juan Goytisolo, tan poco acostumbrado al protocolo que se detuvo en la primera línea de su discurso para saludar a las autoridades. Cervantes no llegó a América pero La Mancha es desde hace siglos un puerto más del Atlántico. Ayer en la tierra de Alonso Quijano se oyeron todos los acentos del idioma español.

A los representantes de las 22 academias de la lengua se unió también el de la brasileña, y algo gallega, Nélida Piñón. La escritora formó parte del jurado del premio Don Quijote junto a José María Barreda -que pidió perdón a Juan Goytisolo por despertarle de la siesta para anunciarle el premio en julio pasado-, Víctor García de la Concha, director de la Academia Española, Carmen Caffarel, directora del Instituto Cervantes, María Ángeles García, consejera de Educación de Castilla-La Mancha, Gregorio Marañón y Bertrán de Lis, presidente del Patronato de la Fundación Teatro Real, Juan Luis Cebrián, consejero delegado de PRISA, Emiliano Martínez, presidente del Grupo Santillana, y Basilio Baltasar, director de la Fundación Santillana y presentador del acto.

Todos los dialectos, incluso el que se habla en España, se oyeron ayer
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Todos estuvieron rodeados de académicos venidos de ultramar. Estaban de camino a San Millán de la Cogolla para dar el visto bueno al texto de la nueva Ortografía académica, que llegará a las librerías en diciembre, poco después de presentarse en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Es imposible verlos en grupo sin pensar en una pandilla de estudiantes aventajados a los que ayer se habían sumado sus colegas de la española José Manuel Sánchez Ron, Carmen Iglesias, Darío Villanueva, secretario de la RAE, y José Manuel Blecua, que ultima el volumen de fonética y fonología que culmina la Nueva gramática premiada ayer.

A unos pasos estaban Manuel Polanco, presidente de PRISA-TV, y Julián Isaías Rodríguez Díaz, embajador de Venezuela. También acudió a la cita Manuel Marín, ex presidente del Congreso de los Diputados, que había escuchado cómo el otro político retirado de la noche, Belisario Betancur, recordaba algo que Ignacio Bosque no se cansa de repetir: que la obra colectiva premiada ayer -"un recorrido por territorios comunes y por senderos particulares"- es la primera que, en la senda del Diccionario panhispánico de dudas, no toma la lengua española como patrimonio exclusivo de España al que colorear con unas motas de exotismo americano para hacerla más amena.

La gramática se coordinó desde Madrid pero tomó su impulso hace ya 11 años en la ciudad de Puebla (México) a propuesta de la academia chilena y fue aprobada en 2007 en Medellín (Colombia).

Betancur, siempre chispeante, lo resumió todo en la pregunta que un campesino colombiano hizo a un grupo de poetas españoles de viaje por los Andes: "¿Los señores son españoles?" "Sí", respondió Luis Rosales. "¿Y usted cómo lo supo?" "Pues por el dialecto que hablan". Ayer en Toledo se oyeron también todos los "dialectos" del español. Incluido el que se habla en España.

García de la Concha, a la izquierda, con Barreda.
García de la Concha, a la izquierda, con Barreda.G. L.
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