"Seguiré la línea anterior, aunque con mi estilo"
El iPhone de Carlos Cuadros (Cazorla, 1971) no deja de recibir mensajes. Su dueño lo mira de reojo y sigue hablando. En un difícil equilibrio laboral intenta mantener su habitual jornada de trabajo de un viernes por la mañana en la Academia del Cine con la tozuda realidad: es el recién nombrado director del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA) y la gente quiere hablar con él. Cuadros pide por favor que no se le pregunte mucho por su futuro cargo: "Hay preguntas que solo podré responder desde ese despacho". Licenciado en Arte Dramático por la RESAD y en Periodismo por la Complutense, Cuadros ha trabajado como gestor cultural en la Fundación Instituto Internacional del Teatro del Mediterráneo; en la Fundación Autor, y en la Fundación Aisge. Desde junio de 2008 es el director general de la Academia de Cine, y se ha labrado una fama de trabajador de carácter afable, de hombre de palabras suaves y labor constante.
"Los motivos por los que me ha llamado la ministra solo los sabe la ministra"
Pregunta. ¿Cuándo le llamó la ministra González-Sinde?
Respuesta. El jueves. Y me sentí muy, muy honrado. Con la ministra tengo una relación de lealtad. La Junta Directiva que ella encabezaba junto a Manuel Gómez Pereira y Enrique Urbizu me contrató y desde entonces hemos trabajado muy cómodos. El ICAA es una dirección general muy importante y no me la esperaba para anda.
P. ¿La línea de trabajo será continuista?
R. Desde luego, porque estoy muy de acuerdo con lo hecho en el ministerio. Creo que el trabajo técnico desarrollado por Ignasi Guardans ha sido estupendo. Ha marcado una gran dirección.
P. Pero usted releva a Guardans. Alguna diferencia habrá.
R. Los motivos por los que me ha llamado la ministra solo los sabe la ministra. Pero sí, es cierto que en mis dos años aquí, que incluyen los primeros nueve meses de presidencia de Ángeles González-Sinde y el resto con Alex de la Iglesia, hemos trabajado en hacer de esta institución un lugar de encuentro, un sitio para todos los sectores y un punto de encuentro para que en época de crisis nos articuláramos bien. Se hace buen cine y tal vez no lo contábamos bien. Desde el ministerio se ha avanzado mucho en esa línea, y yo iré por ahí como Guardans, aunque con mi estilo.
P. ¿De los retos que afronta en el ICAA, cuál le atrae más?
R. La digitalización de las salas, una apuesta en la que van de la mano el ministerio y la Academia... aunque nosotros [se refiere a la Academia] no tenemos ni un euro. La digitalización es nuestra salvación, debemos coger ahí impulso, aunque nos ha pillado en mitad de una crisis económica bestial. Los cines digitales serán centros culturales gracias a la posibilidad de proyectar todo tipo de obras audiovisuales. Me va a tocar gestionar en un momento económico difícil. ¿Nos dará el dinero? Eso ya lo veremos en el despacho del ICAA.
P. ¿Cuál será su primera medida?
R. Reunirme con el equipo del ministerio. En la Academia trabajan 16 personas dejándose la piel, y eso se consigue motivando a la gente. Espero obtener la misma respuesta en el Ministerio de Cultura. No sé qué me voy a encontrar. Yo soy muy estudioso, de despacho y puerta cerrada, y necesito un primer tiempo de observar la situación. Luego sí hablaré con toda la gente del sector.
P. ¿No va a echar de menos los Goya, ahora que se acerca la edición del 25º aniversario?
R. No te creas. Me molestaba ir a la ceremonia a sentarme en una butaca como director. A mí me gusta la producción, trabajar, por ejemplo, tirando cables y ver cómo la gente disfruta.
P. ¿Quién le sustituirá aquí?
R. Ni idea. Mi sucesor lo nombrará la Junta Directiva. Espero que mantenga el actual espíritu de colaboración que yo llevaré al ministerio. Ahora bien, tampoco soy un ingenuo que me voy creyendo que todos somos hermanos. Sé que el mundo del cine es complicado y complejo.
P. Este puesto es políticamente neutral, pero como director del ICAA entra dentro de un Gabinete socialista. ¿Este salto es una significación política?
R. Absolutamente. Es un compromiso con el Gobierno socialista.
P. ¿Hay que trabajar en la academia para entrar en el Ministerio de Cultura?
R. [Ríe un rato]. El auténtico salto fue el de González-Sinde. Y porque ella está allí es por lo que alguien piensa en mí.
Babelia
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