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El Gobierno garantizará por decreto un precio mínimo para la leche

Espinosa retirará ayudas a las industrias que no firmen contratos con los ganaderos

El Gobierno tiene prácticamente listo un Real Decreto para regular el precio por el que venden la leche los ganaderos. Según anunció ayer Elena Espinosa, ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino en la sede del PSdeG, la norma "dará solución" a los problemas del sector. El decreto regulará la relación contractual de toda la cadena entre ganaderos e industria. Abarcará el precio, la cantidad, la forma de entrega, el tiempo de duración del contrato y tendrá una cláusula de rescisión.

La ministra explicó que, a falta de estudiar algunas sugerencias del sector, el texto está casi cerrado. El precio se podrá regular de forma "fija o variable en función de factores perfectamente medibles" como la actividad ganadera, el modelo de producción o el volumen de leche. "Pueden funcionar los dos perfectamente", añadió. De incumplirse estos contratos habrá "un régimen de sanción indirecto" detrayendo ayudas a los ganaderos o a las industrias que no suscriban los acuerdos.

"Es una apuesta por el campo gallego y por los ganaderos, que merecen un precio digno por su trabajo y que nosotros tenemos que garantizar", señaló Elena Espinosa. En la rueda de prensa estaba acompañada por el secretario general del PSdeG, Pachi Vázquez, quien se preguntó: "¿Dónde está el Gobierno gallego? ¿Cómo es posible que nuestra leche sea la más barata de Europa?". Tanto Espinosa como Vázquez calificaron de "histórico" este principio de acuerdo con la Interprofesional Láctea (Inlac) para la implantación de los contratos homologados, algo que han atribuido al compromiso de los socialistas con el sector agrícola gallego.

A la espera de conocer más detalles del futuro decreto, la Consellería de Medio Rural calificó de "buena noticia" el anuncio de la ministra, aunque prefirió mostrarse cauta hasta conocer "la letra pequeña" de la norma. Su titular, Samuel Juárez, aseguraba poco antes de la comparecencia de Espinosa ante los medios que no era "lógico" que una explotación láctea gallega cobre menos que una francesa. La regulación de los precios de la leche no debe chocar, recordó el conselleiro, con las exigencias de la Unión Europea sobre competencia. "Es ilegal fijar un precio para un producto, aunque no puede ser que los ganaderos no sepán cuánto ni cuándo van a cobrar al vender la leche".

Al igual que la Xunta, las organizaciones ganaderas mostraron su satisfacción y su esperanza en que el nuevo decreto ponga fin a la venta de leche por debajo de su precio de coste. Sin embargo, hicieron hincapié en la importancia que tiene que este sea un factor que determine lo que cobran.

La ministra explicó en la rueda de prensa que lo que queda por perfilar son precisamente todos los factores objetivos que se tendrán en cuenta a la hora de determinar el precio. La semana que viene escuchará las sugerencias de Inlac para que el texto pueda pasar a información pública en los próximos días.

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Roberto García, de Unións Agrarias, aseguró que "hay un antes y un después" de esta norma. "A expensas de concretar el contenido, se parece más a lo que se hizo en Francia; cada vez la industria tendrá menos disculpas para aplicar la ley de la selva. Se han encontrado enfrente con la sociedad, los ganaderos y los Gobiernos y se han visto obligados a aceptar una regulación".

También se muestran esperanzados el resto de sindicatos que veían demandando contratos homologados. Francisco Bello, secretario general de Xóvenes Agricultores, se congratula del "poder negociador" de las asociaciones agrarias. "El acuerdo está cada vez más cerca", vaticina, satisfecho de las negociaciones que desde el pasado 27 de septiembre mantienen representantes del Ministerio con los productores y la Federación Nacional de Industrias Lácteas (Fenil). Aunque Espinosa no concreta que parámetros orientarán los precios, ya están sobre las mesa los más demandados por la industria -los precios de venta de los lácteos importados y marcas blancas- y por los ganaderos, como los costes de producción. Lupe Prado, del Sindicato Labrego Galego, es tajante en esta exigencia. "Si el precio mínimo no incluye costes, no servirá de nada", advierte.

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