La crisis del PSOE se cuela en la Fiesta Nacional
Zapatero charla con Barreda y el Rey consuela a Jiménez
El barón socialista que insinuó que el presidente era un lastre para el PSOE, el líder de Castilla-La Mancha, José María Barreda, conversando con Zapatero. El presidente catalán que se manifestó en contra de la sentencia del Estatuto, José Montilla, charlando con la presidenta del Tribunal Constitucional, María Emilia Casas. El Rey Juan Carlos, muy cariñoso con la recien derrotada en las primarias del PSOE de Madrid, Trinidad Jiménez. La gran afluencia de autoridades ayer al desfile militar de la Fiesta Nacional dio lugar a reencuentros difíciles e imágenes muy esperadas.
El Monarca se detuvo a hablar durante unos minutos con la ministra de Sanidad al llegar a la Plaza de Lima. Ella no quiso aclarar después el tema de su conversación y se limitó a decir: "Fue un cariñoso saludo".
Tampoco quiso hacer declaraciones Montilla, quizá para no caldear más los ánimos entre sus socios del tripartito, que han criticado con dureza su decisión de asistir al desfile -solo había acudido una vez, en 2007, como presidente de la Generalitat-. Pero sí departió con la presidenta del Constitucional, cuya sentencia le llevó a manifestarse en Barcelona el pasado 10 de julio.
También mantuvo un encuentro, tenso, según fuentes conocedoras del mismo, el presidente catalán con los magistrados del Tribunal Constitucional Manuel Aragón y Eugeni Gay. El primero, nombrado por el Gobierno, y posible sucesor de Casas, se opuso a que Cataluña fuera considerada una nación en el sentido jurídico. El segundo, progresista y catalán, propuesto por CiU, criticó que en el fallo de la sentencia del Estatuto se incluyera que el preámbulo del texto y el término nación no tuvieran valor jurídico.
Otra imagen, la de la sonrisa de Zapatero al cogerle Barreda del brazo, daba a entender que si quedaba algo de rencor tras las declaraciones del presidente manchego, ayer se dio por olvidado.
Barreda conversó animadamente con otros presidentes autónomicos, entre ellos, Guillermo Fernández Vara, de Extremadura, quien, en clara referencia a sus comentarios cuestionando a Zapatero, declaró hace unos días: "Ahora lo popular es ponerse de medio lado y dejar solo al torero, sin cuadrilla, y yo no lo voy a hacer. Tenemos la libertad de opinar sobre el funcionamiento de la cuadrilla, pero dentro del partido, nunca fuera".
No se repitieron, sin embargo, imágenes de otros años, como la del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, y la presidenta de la comunidad, Esperanza Aguirre, compartiendo con Zapatero la indignación por los abucheos en el desfile de 2009. Y tampoco se pudo hacer, por segundo año consecutivo, la fotografía del presidente valenciano, Francisco Camps, en el desfile en Madrid. Ayer no acudió ni al que hubo en Valencia. Lo cambió por una procesión en Benejúzar (Alicante).
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.