"Querer ser madre a ciertas edades es aberrante y egoísta"
Pionero en España de la fecundación in vitro -fue padre del primer bebé probeta en 1984-, Santiago Dexeus continúa a sus 75 años atendiendo en su consulta de la clínica Tres Torres de Barcelona. Con un discurso exento de estridencias pero sin tapujos, este ginecólogo defiende el derecho de toda mujer a concebir, incluso a edades avanzadas. Pero pone límites, los 50 años.
Pregunta. Dicen que usted es uno de los españoles que mejor conoce a las mujeres.
Respuesta. Nunca se llega a conocer a una persona y esto sirve para los hombres y para las mujeres. Tenemos una personalidad tan variable que la de un lunes por la noche no sirve para el martes por la mañana. Pero desde el punto de vista profesional, por supuesto. Hay dos factores. El primero es que siempre las escucho con un interés meramente profesional. Y segundo, porque siempre las he apreciado. Me han demostrado que son un sector de la población que está discriminado incluso hoy en día.
P. ¿Por qué las mujeres han ido retrasando la edad de ser madres?
R. Porque han salido de la cocina y quieren tener su vida profesional. Y también influye la crisis económica, que golpea más a las mujeres que a los hombres. Antes el esquema era: dos sueldos, canguro y compartir las tareas que conlleva un hijo. Ahora es la mujer la que renuncia al trabajo para regresar a ese esquema tradicional -mejor dicho reaccionario- de estar metida en casa.
P. ¿Qué riesgos fisiológicos comporta ese retraso?
R. La fertilidad femenina disminuye a medida que pasan los años. Pero no hay que ser tremendistas, porque una señora de 35 años tiene las mismas probabilidades que una chica de 22. Pero a partir de los 40 es posible una disminución natural de la fertilidad. Y el hecho de querer tener un hijo le provoca angustia. Todas las parejas cuando acuden a la consulta tienen una carga emocional negativa muy fuerte.
P. Pero a veces se va retrasando tanto que se llega tarde...
R. Es que ahora el hecho de tener un hijo se planifica mucho. No es como antes. Y a veces no se encuentra el momento oportuno. Hasta que no se puede aplazar más y entonces se presentan dificultades desde el punto de vista clínico. Hay que medicar y eso no es lo natural. Y si algunas pruebas fallan, aumenta la angustia. También crea angustia el no decir la verdad: hay que decir las cosas claras y si no hay solución, pues no la hay.
P. Cuando una mujer, por ejemplo de 45 años, acude a su consulta porque quiere ser madre, ¿piensa en otros condicionantes, por ejemplo que cuando el hijo sea adolescente los padres estarán jubilados?
R. No. Yo animo a las parejas a tener hijos porque pienso que la vida es muy variable. Todos tenemos fecha de caducidad y no sabemos cuándo. Ahora, si la mujer tiene 50 años ya no la aceptamos. Y ha habido casos, de mujeres de 60, que yo los considero aberrantes y totalmente absurdos. Igual estos casos esconden frustraciones o tendencias no muy recomendables para ser madres. Es una actitud egoísta.
P. ¿Le representa algún problema ético que una mujer de cierta edad quiera ser madre?
R. Cada vez menos. Con los años uno se da cuenta de que esos principios tan laboriosamente pensados en la vida chocan con la realidad y explotan. Y pueden pasar dos cosas: o la tragedia o la comedia: yo prefiero la comedia. Pero ya le he dicho que la edad máxima son los 50 años.
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