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"En 15 días nos cortan la electricidad"

Un ascensor sin acabar, una cornisa inestable, un garaje sin luz... Los impagos de la gestora Gespro afectan a decenas de comunidades de vecinosEl abogado de la empresa los acusa de haber causado "una desorganización impresionante", pero no da ninguna información sobre los supuestos errores

Pablo de Llano Neira

Después de tres meses sin pagar facturas de sus comunidades de vecinos y capeando sus quejas, al día siguiente de que los clientes tomaran su oficina principal para pedirle una explicación por los impagos y su dinero de vuelta, Gespro, una administradora de fincas encargada de gestionar las cuentas de más de 300 edificios madrileños, asomó ayer para dar razón del caos. "Ha habido un problema de contabilidad muy grave, producido por dos contables que hemos despedido, pero cada comunidad recuperará su dinero, céntimo a céntimo", explicó su abogado, que no precisó nada sobre lo que habían hecho estos empleados, a los que tampoco han denunciado.

La empresa no esclarece la raíz del caso ni informa sobre la cantidad de clientes a los que ha metido en este embrollo supuestamente administrativo; desde el jueves este periódico ha conocido 48 casos, tres con una denuncia de por medio en comisaría. Por su sede central, en la calle de Alberto Aguilera (Chamberí), no deja de pasar gente que va con la intención de resolver su situación y sale sin respuestas, con un documento que dice cuánto dinero suyo guarda Gespro (junta los fondos de todas sus comunidades en una caja única a la que no tienen acceso los clientes), pero sin garantías de que lo recuperarán. Y con problemas domésticos de calado: "En 15 días nos cortan la luz", lamenta Pilar Pérez, vecina de San Blas.

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Los afectados tienen dos inconvenientes. En primer lugar, nadie les ha dicho que se le devolverán sus fondos, que van desde 1.000 euros en el caso de pequeñas comunidades (ocho propietarios) a 165.000 (unos 80); el representante de la empresa aseguró ayer en conversación telefónica que Gespro tiene recursos para ello. En segundo lugar, están experimentando los perjuicios de que una administradora congele el pago de sus facturas.

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A Pilar Pérez se le acumulan los agujeros comunitarios. La presidenta del número 18 de la calle de Ajofrín (San Blas) no puede utilizar los 40.000 euros que su gestora tiene anclados en su caja única y tiene varios frentes abiertos: una fachada a medio reformar, "porque los obreros dejaron de trabajar al no recibir un pago de Gespro", una azotea que pide mejoras, sin dinero para pagarlas, y un aviso de Unión Fenosa que explica que en un plazo de 15 días les cortarán la luz.

"El dinero es un problema, pero no el principal", dice Juanjo, vecino de la calle de San Bernardo, 84. "El problema real es no estar al corriente de pagos, que te quiten la luz, el agua...". Al cabo de un par de días al pie del cañón en la oficina central de Gespro, este hombre tiene dos ejemplos diáfanos que lo que quiere decir: "En el número 82 de mi calle les cortaron ayer la luz del garaje. Y ayer me dijeron aquí que una señora se quedó atrapada en el ascensor porque coincidió que bajaba cuando quitaron la electricidad".

En general, los vecinos sufren ambas cosas a la vez, no tener su dinero a mano y que los proveedores los dejen sin servicios (o amenacen con ello). La faena de la comunidad de vecinos de la avenida del Presidente Carmona, números 3 y 5, es considerable. La empresa dispone de 165.000 euros de los vecinos, que conviven con un ascensor sin acabar, paralizada su construcción a medio camino. Supieron que estaban en un remolino contable como muchos otros, cuando el Canal de Isabel II les dijo que se iban a quedar sin agua. De todos modos, ven algo de luz al final del camino: "Les pedimos que nos devolvieran el dinero y se han comprometido a hacerlo siguiendo unos plazos que están cumpliendo", explica un vecino del inmueble.

Otros propietarios envueltos en el lío de Gespro han conseguido que la empresa pagase los recibos del agua al llegar el aviso de corte inmediato. Son atisbos de futuro en un presente marcado por las ansias de los afectados y la difusa explicación de Gespro (propiedad de la gestora catalana Riva y García Fincas).

Su abogado afirma que dos contables descalabraron las cuentas de la empresa sin que nadie se enterase. Los despidieron, dice, junto a cinco de los 12 administradores que estaban a su cargo. "Su inoperancia creó una desorganización impresionante, y la reconstrucción [de la contabilidad] está siendo ardua", argumenta el letrado, que también culpa del desastre a las deudas en internas de las comunidades de vecinos: "Suman una morosidad de 1.200.000 euros".

Esta versión nunca ha llegado a sus clientes, por más que lleven semanas detrás de una explicación. Lo más cercano fue una circular que Gespro envió el 15 de julio, cuando las comunidades ya iban oliéndose algo, en la que reconocían que la calidad de su servicio se había visto "mermada" debido a la "modernización y reestructuración" de sus sistemas de administración.

Por entonces aparecían los primeros problemas. Facturas de agua cobradas dos veces en un mismo mes, cambios repentinos de administradores, espantadas de otros.

El verano es la época que señalan todos los afectados como inicio de sus males con Gespro. En la oficina de la calle de Alberto Aguilera, donde ayer había un vigilante de seguridad por si empleados y clientes pasaban del papeleo a las manos, Eutiquio Martín, de 66 años, cuenta la secuencia de su caso. "En agosto dejaron de pagar nuestros recibos. Hace una semana nos dijo que nos iban a devolver nuestros 4.000 euros [son cinco en la comunidad], pero este miércoles cambiaron de opinión: 'Lo único que pueden hacer es denunciarnos', me dijo la misma chica".

A medida que pasan los días los clientes llegan mejor pertrechados. La vecina de un edificio de la calle de Palafox apareció con un escrito por delante en el que solicitaba que se le extendiese en el acto un cheque con el saldo de su comunidad. Un empleado de Gespro, apoyándose en el plazo de 45 días que tienen las gestoras para cumplir con esta exigencia, denegó su petición. "Vuelva usted el lunes".

Los vecinos de la calle de Ajofrín, 18, en San Blas, a los que los impagos de Gespro les han dejado con una reforma a medias.
Los vecinos de la calle de Ajofrín, 18, en San Blas, a los que los impagos de Gespro les han dejado con una reforma a medias.SAMUEL SÁNCHEZ

300 casas en vilo

- Un verano de impagos. La administradora de fincas dejó de pagar facturas de sus comunidades de vecinos a principios de verano. El 15 de julio envió una carta en la que se disculpaba por la "merma" de la calidad del servicio.

- Los cortes de agua. La mayor parte de sus clientes se enteraron de la situación porque el Canal de Isabel II acudió a cortarles el agua.

- ¿Cuántos afectados? Gespro lleva las cuentas de unos 300 edificios de la capital, pero no informa de cuántos son morosos por culpa de sus impagos. Este periódico ha confirmado 48.

- Un caos contable. La versión de la compañía es que los problemas de dinero se deben a la mala gestión de dos contables y a las deudas vecinales.

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