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Salud, insatisfecho con las prestaciones de Aliança, rechaza contratarle nuevos servicios

La mutua rompe la negociación para ceder la gestión del Sagrat Cor a Capio

Aliança, mutua centenaria catalana aún bajo tutela de la Generalitat pese al levantamiento de la intervención de hace cuatro años, reclama al Departamento de Salud que le compre más servicios, por un valor aproximado de 10 millones de euros, bajo el paraguas del convenio renovado este año con el Servicio Catalán de la Salud. La entidad, que acaba de romper las negociaciones con el fondo Capio para ceder la gestión de los hospitales Sagrat Cor y de Sabadell, ve que los ingresos ajenos a la administración van disminuyendo, en buena parte debido a que los mutualistas de Aliança tienen ya la posibilidad de elegir en qué centro quieren recibir atención y muchos prefieren hacerlo en hospitales que no son del grupo.

La bajada de esa vía de ingresos ha ido aumentando la dependencia respecto del convenio con el Servicio Catalán de la Salud, que hace cuatro años suponía el 49% de sus ingresos y ahora el 63%. En cifras absolutas, la compra de servicios por parte de la Generalitat asciende a 60 millones de euros en el caso del Sagrat Cor y a 80 millones en todo el grupo.

Fuentes de la Administración señalan que Salud, insatisfecha con la calidad de la asistencia de la mutua, se ha negado a ampliar los servicios contratados porque, afirman, "existen otros centros a los que contratar y con una calidad de la atención más satisfactoria".De hecho, la Generalitat decidió hace pocos días de forma unilateral rescindir el contrato con la mutua en el Hospital de Tremp, que duraba desde 1993. Salud había expresado algunas quejas por el servicio prestado.

Eduardo Spagnolo, presidente de la entidad, corroboró ayer que parte de sus mutualistas no van a los centros del grupo. "Es su elección y algunos prefieren, pongamos, la Teknon. Pienso que en Barcelona existe un exceso de instalaciones asistenciales privadas". Spagnolo, ex gerente de Servicios del Ayuntamiento de Barcelona, admitió que el centro de Sabadell está en pérdidas, pero no así el Sagrat Cor.

En todo caso, las dificultades de la mutua impiden que Aliança devuelva en el plazo previsto la deuda que tiene pendiente con el departamento de Marina Geli desde la última intervención de la entidad. De los 30,6 millones que afloraron entonces, sobre todo a raíz de las irregularidades por doble facturación, quedan por pagar 9,9 millones. "Debemos pagarlos antes del 31 de diciembre próximo, pero necesitamos más tiempo para devolverlos", afirma Spagnolo.

Una de las bazas con que juega la entidad es la venta del centro sociosanitario Palau. Fuentes del sector aseguraron que su venta es inminente y que eso aliviaría la tesorería de Aliança, y además a un precio que no implicaría merma para su patrimonio.

Una inyección de recursos parecía casi resuelta hasta el lunes de la semana pasada: era la cesión al fondo Capio de la gestión del hospital del Sagrat Cor y, en última instancia, el de Sabadell, a cambio de que Aliança mantuviera la titularidad de los edificios y cobrara su alquiler. Además Capio prometía invertir 15 millones de euros en mejorar la gestión con más tecnología. Este movimiento respondía al actual plan estratégico de la entidad, que plantea segregar su deficitaria actividad asistencial para mantenerse solo en su negocio asegurador, que gana dinero. Tras coqueteos con Adeslas, llegó Capio, deseoso de ampliar su negocio catalán, ahora limitado al Hospital General de Cataluña.

La negociación, larga y con momentos en que parecía a punto de caramelo, ha terminado de forma confusa. "Diferencias insalvables de precio", sañaló ayer Spagnolo, que dice tener en marcha "negociaciones con otros operadores del sector". Fuentes del Consejo de Administración mostraron su disgusto porque habían pedido explicaciones sobre el tema. Aliança, con unos 140.000 socios, defendió su viabilidad en un comunicado en el que subrayó que su margen de solvencia le permite "operar holgadamente" y que tiene "un superávit de 44,9 millones". Solo admitió "cierto desfase en el flujo habitual de pagos y cobros" en plena crisis, y dijo estar al corriente de pago de sus deudas a largo plazo.

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