Cita previa o 'safari' sin garantía de éxito

Tener los papeles en regla es una aventura para los ciudadanos poco previsores o que necesitan renovarlos de forma urgente. Sobre todo si lo que precisan es la identificación básica, el DNI. El Ministerio del Interior ha implantado un sistema de cita previa que funciona como un reloj, pero la saturación obliga a esperas de hasta dos meses. ¿Y si hay prisa? Comienza la aventura.

Hay que peregrinar -y esperar- en las comisarías que aceptan espontáneos. ¿Cómo saber cuáles son? Recorriéndolas o llamando a cada una de ellas, porque en el teléfono de cita previa (902.247.364) solo informan de eso. Si el ciudadano logra contactar con un operador, le remitirá a otro teléfono, el 060. Pero allí le insistirán en que solo se puede obtener el DNI con cita previa. ¿Y si lo que hace falta es el pasaporte? Entonces el 060 ofrece un ábrete sésamo: en la comisaría de Barajas, el día que vaya a volar y tres horas antes del despegue.

Para el DNI sin cita escasea la información: ni siquiera el servicio de prensa de la Dirección General de Policía y Guardia Civil facilitó a este periódico el listado de oficinas que expiden el DNI sin cita previa. "Es como ir a urgencias cuando uno está malo: le atienden", dicen. Pero depende de la cola y de la casuística.

La web www.citapreviadnie.es ofrece 17 oficinas en Madrid ciudad para tramitar los documentos. El rastreo que efectuó EL PAÍS arroja que siete carecen de "horarios disponibles" (Puente de Vallecas, Latina, Carabanchel, Chamartín, Villa de Vallecas, Hortaleza y San Blas). Cuatro ofrecen cita para dentro de unos diez días (Tetuán, Mediodía, Centro y Los Madrazo). Solo Moratalaz da un plazo menor. En dos oficinas hay que esperar un mes (Almagro y Ciudad Lineal). En tres, la cita más próxima es para dentro de dos meses (Usera, Fuencarral y Santa Engracia). Así que, cuando la prisa empuja, no hay otra solución que el safari por las comisarías. Jonathan Domínguez, de 22 años, hacía cola días atrás ante la comisaría de Los Madrazo. Era el primero de una treintena de personas. "He venido a las ocho. Solo han pasado siete sin cita", relataba a las 11.30. Logró su objetivo pasadas las dos de la tarde.