Con el trigo no se juega
Con la experiencia de la crisis alimentaria de 2007-2008 resulta -digámoslo así- llamativa la información que se ofrece de la actual subida de precios de los cereales, en especial del trigo. De aquella crisis aprendimos que los factores que llevaron al incremento de precios no eran solo el aumento del consumo en India y China, sino, y más importantes, el tirón producido por el boom de los agrocombustibles y la especulación financiera trasladada de los fondos hipotecarios a los mercados de futuros de cereales.
El inicio de lo que puede ser una nueva crisis (que como dice el Banco Mundial, constituye un riesgo adicional a la crisis prevaleciente) se achaca ahora a la sequía en Rusia. ¿Solo? ¿Seguro? Pues no. Las cosechas mundiales de los últimos dos años fueron excelentes, y los almacenes de grano disponen de unas reservas equivalentes -según la FAO- al 28% del consumo mundial del grano. Y las previsiones para este 2010 apuntan a la tercera cosecha más grande registrada en la historia. A pesar de ello, a mediados de agosto, el valor del grano en el mercado internacional se había elevado en torno al 50% respecto a junio.
Si pasean por las sucursales bancarias de su barrio o buscan información de fondos de inversión, tendrán a la vista el factor clave en este actual incremento en los precios del trigo: otra vez la acción especulativa con las cosechas de alimentos. Un derecho humano que se decide en la ruleta de la Bolsa.
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